Las familias de adopción de niñas chinas se quejan de la falta de profesores que instruyan a sus hijas en su idioma de origen Jacoba Garzón abraza a su hija, Paloma Qing Garzón. luisma murias Paloma Qing Garzón tiene 11 años, vive en el Parque de Invierno, habla español e inglés perfectamente y es capaz de mantener una conversación de nivel básico en chino. Aún no tiene claro a qué se quiere dedicar de mayor, pero «me encanta la gimnasia rítmica». Esta ovetense de origen oriental cumple, sin saberlo, con una de las metas del programa del candidato de Foro Asturias a la Presidencia del Principado, Francisco Álvarez-Cascos: impulsar entre los asturianos el estudio de tres lenguas principales: castellano, inglés y chino. Con apenas un año de vida, la pequeña Qing salió de un orfanato de la provincia de Hunan, al sur de China, gracias a la lucha de su madre adoptiva, Paloma Garzón, que tomó «la mejor decisión de mi vida», siendo madre soltera. La niña acaba d...