Las autoridades chinas han iniciado una investigación por el presunto uso de niños en experimentos con arroz modificado en el centro del país. Este hecho sucedería durante un estudio sobre nutrición conducido por científicos chinos y estadounidenses, informó este jueves la agencia oficial Xinhua.
El caso, denunciado en agosto por la organización medioambiental Greenpeace, implica a la Universidad de Tufts en Boston (EEUU), la Academia de Ciencias Médicas de Zhejiang (este de China) y el Centro Chino para el Control y la Prevención de Enfermedades.
Según la ONG, en el año 2008 un total de 24 niños de entre seis y ocho niños de la provincia de Hunan, en el centro sur chino, fueron alimentados con arroz genéticamente modificado en un estudio para analizar cómo el organismo infantil absorbe y transforma el betacaroteno (el pigmento que da a las zanahorias su color naranja).
El estudio se publicó en el 'American Journal of Clinical Nutrition' y algunos de sus autores sostienen que no se usó arroz transgénico, mientras otros sí admiten la utilización pero dicen que contaban con la autorización de las autoridades.
Dudas en torno a los alimentos transgénicos
Aún no existe consenso acerca de si el arroz y otros alimentos genéticamente modificados son dañinos o no para el ser humano, pero organizaciones como Greenpeace sostienen que hasta que no se tenga seguridad al respecto la comercialización o experimentación con ellos debe ser muy limitada.
China mantiene una posición ambigua ante los transgénicos, ya que si bien limita desde 2001 la experimentación y cultivo por otra parte es uno de los países que lidera los estudios.
Debido a la escasez nacional de terrenos de cultivo, China confía en que el desarrollo de los alimentos transgénicos ayude en el futuro a alimentar su gran población.
Greenpeace defiende que el consumo de transgénicos es especialmente sensible en el caso de menores de edad, puesto que los efectos en su salud pueden ser más graves y duraderos que en los adultos.
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