Pronto hace un año que pusieron en mis brazos a mi hijo... y todavía me parece un milagro. Muchas veces cuando lo miro recuerdo todo lo pasado y lo que ha evolucionado. No es el mismo niño triste de este Día. La separación con las personas que dejó allí no debió de serle fácil porque él lo dejó TODO atrás, su país, sus raices, su idioma y todas las personas que formaron parte un día de su vida, incluida su madre biológica.
Hoy todavía no entiende esas cosas pero se que él siente, percibe que hay algo que forma parte de él diferente, sin saber exactamente que es. Muchas veces siento su inseguridad, solo la demuestra conmigo. Ha creado un vínculo potente conmigo pero amenudo, en gestos, en actitudes... noto como el miedo a que todo desaparezca está presente.
Muchas veces le habló con palabras que él entienda de cómo llegó a nosotros y de donde es. Sabe que vino en un avión desde muy lejos y que fuimos a por él y casi siempre intenta cambiar de conversación y distraerme con multitudes de cosas porque se pone triste, lo veo en su mirada.
Ahora lo que le gusta decir es que se va a montar en un avión con papá y mamá para ir a buscar un hermanito. Me pide a gritos un hermano y creo que se acerca el momento de ponernos otra vez en marcha. Lo tenemos decidido y si todo va bien, iniciaremos los trámites a principios del año que viene y por supuesto, por Pasaje Verde.
La experiencia de ser madre ha sido lo mejor que me ha pasado y pasará en la vida y siempre pensé que sólo no se iba a quedar nuestro hijo si estaba en nuestras manos. Un hermano siempre es importante sobre todo cuando nosotros ya no estemos.
Todavía quedan más de dos meses para celebrar nuestro encuentro pero lo que hoy siento en lo más profundo de mi corazón es gratitud a la vida, a esa madre que no pudo quedarse con su hijo porque sin ella, él no estaría aquí con nosotros y yo no estaría escribiendo lo que escribo.
Hoy todavía no entiende esas cosas pero se que él siente, percibe que hay algo que forma parte de él diferente, sin saber exactamente que es. Muchas veces siento su inseguridad, solo la demuestra conmigo. Ha creado un vínculo potente conmigo pero amenudo, en gestos, en actitudes... noto como el miedo a que todo desaparezca está presente.
Muchas veces le habló con palabras que él entienda de cómo llegó a nosotros y de donde es. Sabe que vino en un avión desde muy lejos y que fuimos a por él y casi siempre intenta cambiar de conversación y distraerme con multitudes de cosas porque se pone triste, lo veo en su mirada.
Ahora lo que le gusta decir es que se va a montar en un avión con papá y mamá para ir a buscar un hermanito. Me pide a gritos un hermano y creo que se acerca el momento de ponernos otra vez en marcha. Lo tenemos decidido y si todo va bien, iniciaremos los trámites a principios del año que viene y por supuesto, por Pasaje Verde.
La experiencia de ser madre ha sido lo mejor que me ha pasado y pasará en la vida y siempre pensé que sólo no se iba a quedar nuestro hijo si estaba en nuestras manos. Un hermano siempre es importante sobre todo cuando nosotros ya no estemos.
Todavía quedan más de dos meses para celebrar nuestro encuentro pero lo que hoy siento en lo más profundo de mi corazón es gratitud a la vida, a esa madre que no pudo quedarse con su hijo porque sin ella, él no estaría aquí con nosotros y yo no estaría escribiendo lo que escribo.
Comentarios
De nuevo un hilo rojo empieza a vibrar... os deseo todo lo mejor, que la espera sea breve... muy breve para que ese niño que está al otro lado tenga lo antes posible el amor incondicional de sus padres y de su hermano.
Un abrazo emcionado
Itsaso