- El informe anual de 'Art Price' confirma a China como el tercer gran mercado de arte por detrás de Reino Unido y Estados Unidos
- Las obras del pintor oriental sumaron 52 millones de euros en 2009
El péndulo de arte hace tiempo que bascula hacia Asia y señala a Oriente como el polo de atención dónde se genera el arte más fresco y atractivo chino nacido el siglo XIX que acaba de subirse al barbas de los grandes 'gurús' del arte occidental. Con una cotización espectacular y alza, coloca su nombre al lado de Picasso, Warhol o Giacometti. Hablamos de Qi Baishi (1863-1957) un humilde y polifacético artista que jamás abandonó la milenaria tradición pictórica china y que, más de medio siglo después de su muerte se convierte en todo un fenómeno del mercado del arte.
Los espectaculares resultados de las subastas de las obras de Qi han hecho de él el tercer pintor más cotizado del planeta, por detrás de Picasso y Andy Warhol.
'Art Price' es el gran oráculo del mundo de la subastas y, según el informe que adelantó ayer el diario The Times, el valor conjunto de las obras subastadas de Warhol y Picasso sumó en 2009 más de 220 millones de dólares (163,3 millones de euros), mientras que el importe total de las de Qi ascendió a 70 millones de dólares (52 millones de euros).
En tanto que en China se conoce y se aprecia la pintura de Qi, en especial por sus animales, -ratones, aves y sus muy características gambas e insectos- para el público occidental es un gran desconocido. Y eso que el propio Picasso lo calificó en su día como el «más importante pintor oriental» y llegó a decir que no se atrevía a viajar a China por miedo a encontrarse con él.
El ascenso de Qi al Olimpo de los supercotizados tiene un mérito especial, al haberse producido durante 2009, en lo más duro de la crisis y cuando las grandes firmas de subastas de Londres y Nueva York sufrían el zarpazo de la recesión.
Presente en las mejores colecciones asiáticas y chinas, su obra no ha dejado de revalorizarse en las dos últimas décadas. Durante 2009 el incremento de la cotización de las obras de Qi subastadas fue de un 73% sobre 2008, gracias sobre todo la adjudicación en noviembre de la serie de dibujos titulada 'Flores e Insectos' por la que se pagaron 12,4 millones de dólares (9,1 millones de euros).
El récord para una obra de Qi en Occidente lo estableció 'Melocotones y petardos', pintado en 1952, que se vendió en 1952 en Sotheby's, de Nueva York, por 1.300.000 dólares (unos 900.000 euros), aunque algunas casas de subastas chinas afirman haber vendido obras suyas por más dinero.
Hasta 2009 el artista chino más cotizado era Zhang Xiaogang, un contemporáneo que se había colocado en vigésimo segundo lugar del escalafón de los más grandes de las subastas en 2007.
La emergencia del arte asiático de ayer de hoy en general y del chino en particular tiene bastante que ver con la peculiar economía del gigante asiático, un país marcado por las desigualdades pero en que fluye el dinero y no dejan de aflorar grandes fortunas. Tanto, que el año pasado 130 chinos disponían de activos superiores a los mil millones de dólares (unos 600 millones euros).
Chinas es hoy por hoy el tercer mercado del arte más importante detrás de Londres y Nueva York según el esperado informe de Art Price, que se elabora sobre lo registros de las ventas en subastas de 6.000 salas de todo el mundo. Sus ferias de arte contemporáneo, en especial del de Shanghái se ha colado en la primera división de las grandes ferias comercial.
Autodidacta
Nacido en el seno de una familia de campesinos de la provincia de Hunán, Qi se aficionó a la pintura desde niño.
Con catorce años se convirtió en aprendiz de tallista e inició una andadura que le llevó a dominar las artes de la poesía, la caligrafía y la pintura. Fiel a su estilo entroncado en la milenaria tradición china, Qi repite una y otra vez su reconocible patrón en un momento en que otros artistas chinos apostaban por imágenes grandilocuentes y por la emulación del arte occidental.
Tras mucho viajes, Qi Baishi construyó una casa y se estableció en Pekín. Poeta reconocido, comenzó a pintar las montañas que había recorrido. Unas delicadas pinturas que conformaron una serie de cincuenta paisajes llamada 'Jie Shan Tu Juan'. Con 50 años cumplidos, empezó a ser considerado como un pintor maduro. Las líneas en sus obras se volvieron afiladas y dejó de lado el paisaje par centrarse en los animales a las plantas.
Los expertos apuntan como principales influencias en la obra de Qi al pintor Bada Shanren -también conocido como Zhu Da-, de principios de la dinastía Qing (1644-1911), y a Xu Wei, artista de la dinastía Ming (1368-1644).
Hasta los últimos años de su larga y fructífera vida insistió en sus «innovaciones tardías», retratando ratones, gambas o pájaros. «En los discursos, emplea un lenguaje que la gente pueda comprender; en pintura, pinta lo que la gente ha visto» resumió el propio Qi su teoría sobre la pintura. Sus obras se sustentan en un estilo natural, basado en su propia vida. Sus temas son sencillos: animales, paisajes, figuras, juguetes o verduras. A pesar de que Baishi no fue el primer artista en fijar su atención en las cosas pequeñas de la naturaleza, se le conoce por su hermosa e inigualable forma de pintar estos motivos.
Aunque Qi Baishi no tenía ninguna educación formal ni preparación en el campo del Arte, dominaba muchas técnicas, incluyendo la caligrafía y el tallado de sellos. Muchas de sus pinturas tienen títulos e inscripciones inteligentes y humorísticas, que expresan su forma de ver la vida. Titula 'Amigos en el pasado' una pintura de dos gallos peleando por una lombriz. Elegido en 1953 presidente de la asociación de pintores chinos, murió en Pekín con 96 años.
Fuente : http://www.hoy.es/v/20100226/sociedad/chino-baishi-sube-barbas-20100226.html
Fuente : http://www.hoy.es/v/20100226/sociedad/chino-baishi-sube-barbas-20100226.html
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