SANTIAGO (Galicia). La pequeña ecuatoguineana Josefina, de cuatro años, no es, ni mucho menos, el primer niño enfermo que ha recibido tratamiento en España con la ayuda de la ONG «Mujer y Madre». Impulsada por el ginecólogo Fernando Silva, el propósito de esta organización era mejorar la salud de las mujeres de países en desarrollo. Pero en el camino, empezaron a aparecer sus hijos, niños deshauciados en sus países y tratables en el mundo desarrollado. Hace cuatro años se puso en marcha, por ello, el interesante programa de acogida.
Primero fue Dorita, una niña guineana que nació con dos cataratas congénitas que nublaban su visión. Lo suyo sólo era un problema ocular, pero en su país se pensaban que podría tener parálisis cerebral. Llegó con año y medio de edad y tras dos intervenciones sencillas regresó con su familia biológica. La propia Primera Dama de Guinea, la mujer del presidente, se implicó personalmente en su viaje y agilizó todos los trámites para su tratamiento.
Después llegaron Margarita, con las secuelas de una malaria cerebral; Flaviano, un chaval de seis años que necesitaba una operación del maxilar y Tomás Elías, con una rigidez en la rodilla que a sus 16 años le impedía caminar con normalidad. Así hasta siete niños de Guinea han recibido tratamiento. Todos, salvo Josefina, han podido volver a casa con su familia biológica completamente recuperados porque sus casos eran menos complicados.
La organización «Mujer y Madre» se encarga de seleccionar los casos, de preparar todos los trámites (médicos y administrativos) para que el menor pueda venir a España y ser atendido en algún centro sanitario público o privado y de buscar familias que se responsabilicen, en régimen de acogida temporal. Después la propia ONG gestiona el retorno del menor a su país de origen y con su familia biológica. Además, se realiza un seguimiento posterior de cada caso con el fin de asegurar que el niño continuará recibiendo unos mínimos cuidados médicos.
Adopción sí, temporalidad no
El requisito para entrar en este programa es que los niños tengan problemas de salud grave que puedan mejorar con los tratamientos disponibles en nuestro país. Y, sobre todo, que haya familias españolas dispuestas a acogerlos mientras dura el tratamiento. «Eso es lo más difícil», reconoce Fernando Silva, presidente de la ONG. «No traemos más niños porque no hay suficientes familias de acogida. Habría muchas más dispuestas a adoptar; temen decirles adiós cuando ya han cogido cariño a los pequeños».
fUENTE : http://www.abc.es/20100221/galicia-galicia/ninos-enfermos-busqueda-padres-20100221.html
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