Un empresario textil asiático funda una colla como actividad extralaboral para sus trabajadores
Los castellers chinos ponen mucho empeño a la hora de hacer los castells. :: ZIGOR ALDAMA
Los castellers chinos ponen mucho empeño a la hora de hacer los castells. :: ZIGOR ALDAMA
Camisa roja, pantalón blanco, faja negra, y un pañuelo colorado en la cabeza. Concentración, aguante, agilidad, y confianza. Cuatro pisos humanos con cincuenta cuerpos entrelazados. Frente a ellos, el alcalde de Barcelona, Jordi Hereu. Hasta ahí, todo normal. Pero la colla que hace unos días erigió varios castells en la Exposición Universal de Shanghai con motivo del día de la ciudad condal fue única. Y sólo hacía falta mirar a la cara de sus integrantes para entender el porqué: todos eran chinos.
Hace apenas un par de meses que los castellers catalanes llegaron a la capital económica de China para hacer una demostración de sus habilidades. Triunfaron en el centro de la ciudad. Al día siguiente, la Policía tuvo que evitar que unos niños chinos los imitaran, así que sería fácil pensar que en este breve lapso de tiempo los chinos ya han conseguido copiar con éxito las torres humanas características de Cataluña. Pero no es así.
Ha llevado un poco más de tiempo. Concretamente, desde abril. Fue entonces cuando la colla de Hangzhou, una ciudad al sur de Shanghai, realizó su primer ensayo bajo la atenta mirada de Qian An Hua, un empresario textil que a principios de año quedó prendado de esta tradición en una visita a Barcelona. Qian, presidente de Antex, no sólo aprovechó para invertir en un restaurante en la Ciudad Condal y comprobar que sus campos de olivo en el sur están en buenas condiciones. También decidió exportar lo que le pareció una magnífica estrategia de 'team building'.
«Los castells fomentan la camaradería entre los empleados. Es pasión, emoción, y supone la máxima unión de la gente», asegura Qian. Y, por eso, los 250 integrantes son, en realidad, sus trabajadores y los hijos de éstos. «Sólo participan aquellos que quieren, por supuesto, pero ninguno de los que lo ha probado se ha marchado. Somos como una familia», recalca el empresario, que emplea a más de dos mil personas y entre cuyos clientes se cuenta El Corte Inglés.
Durante el día de Barcelona se podía ver a todos estos castellers de ojos rasgados pululando por el recinto de la Expo con una sonrisa de oreja a oreja. «Solemos practicar los fines de semana y a veces después del trabajo», explicaba Sun, una joven tímida que se apenaba de que, por motivos de seguridad, las Autoridades hubieran limitado a medio centenar el número de castellers del espectáculo. «Podríamos haberlo hecho más espectacular», lamentaba.
En cualquier caso, Hereu se mostró encantado. «Es un orgullo ver una colla de chinos que se interesan por la cultura de nuestro país». Tanto es así, que Qian ya está pensando en convertirse en un improvisado embajador de Cataluña en China. No en vano, hace unos meses la colla de Hangzhou fue la encargada de hacer una torre para un público muy distinguido en una fecha señalada: el Ejército de la provincia de Shandong, durante una festividad local. «Gustó mucho el evento y creo que podemos seguir difundiendo esta cultura aquí», se jactó Qian, que no descarta hacer un viaje a Cataluña con sus castellers para comprobar si la copia es mejor que el original.
Fuente: http://www.lavozdigital.es/cadiz/v/20100911/sociedad/china-sube-castells-20100911.html
Fuente: http://www.lavozdigital.es/cadiz/v/20100911/sociedad/china-sube-castells-20100911.html
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