"Denunciadme, mi padre es Li Gang", gritó el hijo de un poderoso político local tras atropellar a dos chicas -matando a una de ellas-, sin imaginar que su frase sería usada por la opinión pública china para criticar la arrogancia y la impunidad de los hijos de líderes comunistas o de los millonarios del país.
La frase "mi padre es Li Gang" ha sido desde entonces utilizada por los chinos en foros de Internet como sinónimo de los privilegios que algunos de estos "príncipes", hijos de líderes comunistas y de ricos, tienen en el país asiático, un problema que a raíz de este caso ha sido recordado, caricaturizado y condenado.
La historia comenzó el sábado, 16 de octubre, cuando Li Qiming, de 22 años e hijo de Li Gang (subdirector de Seguridad Pública de la ciudad de Baoding, vecina a Pekín), atropelló a dos estudiantes en una universidad, causando la muerte de una de ellas.
Qiming, que había ingerido alcohol, pronunció entonces la frase que le ha convertido actualmente en una de las personas más impopulares del país, donde su comentario ha sido caricaturizado y usado en miles de páginas web, blogs, vídeos y foros de cibernautas.
El caso ha servido para ejemplificar una situación extendida en todo el país, también entre los hijos de los altos cargos comunistas, aunque en ese caso sus hijos son "intocables" por la prensa y es casi imposible recabar información sobre los hijos del presidente, Hu Jintao, o del primer ministro, Wen Jiabao.
"Si los hijos de altos cargos piensan que son una clase privilegiada, ¿qué será de las nuevas generaciones?", reflexionó, a raíz del caso, el profesor Wu Zhongmin, de la Escuela del Partido (principal corpus ideológico del Partido Comunista).
Tanto el padre como el hijo que han protagonizado el caso se han visto obligados a pedir perdón públicamente, y Qiming, detenido días después del incidente, está a la espera de juicio por conducir ebrio e intentar huir tras un atropello mortal.
"Es normal en China que los hijos de los ricos y poderosos sean arrogantes, y sus padres deberían avergonzarse de cómo les han educado", dijo el hermano de la estudiante fallecida en el atropello, entrevistado por el diario oficial "Global Times".
La actitud de estos jóvenes, muchos de ellos criados en una burbuja alejada de los problemas del país, los convierte a veces en un peligro, como puede advertirse en Pekín, por ejemplo, si uno va a los restaurantes y discotecas que frecuentan.
Locales como el "Tango", en el oeste de la ciudad, o el cercano "Coco Banana", son conocidos porque en ellos pasan las noches de los fines de semana los hijos de la clase alta de la capital, pero también por ser lugares peligrosos.
Una persona ajena a ese círculo corre el riesgo de recibir una paliza de los "príncipes" -sin que estos corran peligro alguno de ser detenidos- por un mero empujón o por intentar conversar con una de sus novias.
Para intentar que el caso del hijo de Li Gang no quede impune, lo que podría airar aún más a la opinión pública, las autoridades han decidido juzgar a Qiming en una jurisdicción distinta de Baoding, donde el padre no tenga tanta influencia.
Pese al poder que ostenta desde hace 60 años el Partido Comunista de China, éste vive preocupado por casos que, como el actual, puedan minar su reputación pública, ante el temor a que injusticias locales desaten protestas masivas o movimientos de crítica a la formación.
Algo similar ocurrió el pasado año cuando una joven pedicura mató a un líder comunista local que intentó abusar de ella en la provincia de Hubei (sur) y comenzaron a denunciarse intentos de manipular las pruebas para que fuera condenada a muerte.
Tras numerosas muestras de apoyo, especialmente a través de Internet, la joven fue puesta en libertad; un caso que puso a prueba el sistema de justicia chino muchas veces acusado de arbitrario y corrupto.
Fuente: http://www.adn.es/internacional/20101027/NWS-1002-Gang-Li-huracan-chinos-hijos.html
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