Mercedes Navarro preside la Asociación de Familias Adoptantes de Aragón (Afada) desde 2007
Zaragoza.- Adoptar un niño es una decisión que cambia la vida de cualquier familia. Una adopción supone no sólo la llegada de un nuevo miembro de la familia sino que ese nuevo miembro trae consigo una experiencia vital previa que condiciona todo su proceso de crecimiento. Un pasado que las familias adoptantes deben conocer y deben de ser capaces de gestionar y tratar con el niño, sobre todo, en las etapas más complicadas como pueda ser la adolescencia. Éste, precisamente, es uno de los objetivos de Afada: ayudar a las familias adoptivas una vez que los niños ya están con sus familias. Mercedes Navarro es, además de madre adoptiva de tres niños, la presidenta de Afada desde 2007.
Pregunta.- ¿Cómo surge Afada? ¿Cuántos miembros tiene?
Respuesta.- La Asociación de Familias Adoptantes de Aragón se creó en el año 2000 a la vez que otras asociaciones en otras Comunidades Autónomas. Lleva casi 10 años. En la actualidad cuenta con unas 260 familias. En nuestra asociación, cada familia con todos sus miembros es un socio.
P.- ¿Cuáles son sus principales actividades?
R.- Las actividades de la Asociación han variado con los años. Cuando comenzaron las adopciones la gente desconocía la forma de hacer la adopción, la documentación que tenía que presentar los requisitos, los países donde se podía adoptar… Entonces se trabajaba mucho en información. Ahora, la Administración proporciona información completa, están también las ECAIS que tramitan adopciones, además de los foros de familias adoptantes, nosotros nos dedicamos a programas de postadopción y de apoyo a la familia una vez que tienen el niño o la niña aquí. Organizamos talleres con los padres adoptivos o conferencias en las que abordamos temas que en algunos casos son difíciles de abordar con el fin de ayudar a los padres adoptivos.
P.- ¿Cuáles son los países favoritos de adopción?
R.- Los países preferidos por las familias eran China, Rusia y los países del Este. Anteriormente eran los países Latinoamericanos, pero esas preferencias han cambiado porque estos países empiezan a poner restricciones y se están buscando otros. Estas restricciones y la duración del proceso de adopción, así como la mayor demanda de las familias, han hecho que las adopciones hayan bajado un 40% en los últimos cuatro años.
P.- La pasada semana se celebraron en Zaragoza las XI Jornadas sobre el análisis de las nuevas tendencias en adopción internacional y postadopción. ¿Cuáles han sido las conclusiones?
R.- El porcentaje de las adopciones ha disminuido, los países son más exigentes al pedir los requisitos a las familias, y la media de edad de los niños está subiendo. Antes venían niños de 0 a 3 años y ahora los niños son de 3, 5 ó 6 años.
P.- En dichas jornadas, la consejera de Servicios Sociales dio a entender que la adopción es la última de las opciones anteponiendo el mantenimiento de la estructura familiar o el acogimiento como posibles soluciones. ¿Qué le parecen estas propuestas?
R.- Me parece correcto. Tiene toda la razón. Y estamos de acuerdo. Lo primero para un niño es su familia en caso de no ser así la familia próxima. Cuando esto no es posible, una familia de acogida en el país. Cuando por las circunstancias del país esas posibilidades no se dan, lo mejor es la adopción por una familia de fuera del país. Pero, claramente, se tienen que priorizar otras opciones. Por ejemplo, países como Ucrania está colocando niños en casas pequeñas con una familia que los tutele y está priorizando la adopción nacional.
P.- ¿Qué trámites hay que llevar a cabo para realizar una adopción nacional? ¿Y una internacional?
R.- El primer paso es la obtención de un certificado de idoneidad que se solicita en los servicios de infancia de las CCAA y ese documento permite iniciar el trámite. Se valoran criterios: la edad, requisitos económicos, y criterios de voluntad de la pareja, de compromiso entre ambos… A partir de ahí se hace una recogida de documentos que solicita cada país (informes bancarios, certificados de penales…). Este certificado de idoneidad se otorga con respecto a un tramo de edad de los niños. Si es necesario, se traducen los documentos y se remiten al país de adopción. Estos trámites se realizan en las ECAIs y en los servicios de infancia de la Administración.
P.- ¿Cuál es el perfil de las familias adoptantes?
R.- Son familias de edad media, entre 35 y 40 años, de clase social media, en general profesionales, con vivienda propia y que no pueden tener hijos biológicos. Aunque también hay familias que tienen hijos biológicos y quieren acceder a la adopción.
P.- ¿Cuáles son los principales cambios que se dan en una familia al adoptar? ¿Cómo es la adaptación de los niños?
R.- El cambio es radical porque llega un nuevo miembro a la familia. En eso no hay ninguna diferencia con los hijos biológicos. Si son pequeños, la adaptación es más fácil porque no recuerdan tantas vivencias o no son tan significativas y para la familia es más fácil establecer un apego. Con niños más mayores, si son niños que han vivido situaciones de malos tratos o de abandono, llevan esas vivencias con ellos. Ese primer periodo puede ser más difícil pero, en general, no lo es porque los padres son muy conscientes de lo que supone y los niños están deseando recibir cariño.
P.- ¿Cómo se gestionan las etapas complicadas de la vida del niño, principalmente la adolescencia?
R.- Uno de los principales problemas es la adaptación escolar. En general, no han tenido una escolarización adecuada o tienen problemas con el idioma. Se supera con paciencia y estando al lado del niño. La adolescencia es difícil como para cualquier chico pero en los niños adoptados surge la necesidad de buscar los orígenes, de saber quiénes son, pero en general es como la de cualquier otro adolescente.
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