Un asunto interesante: la edad en la que los niños descubren la identidad real de los barbudos de Oriente
Chicco, fabricante de productos para bebés, ha dado a conocer su Informe sobre infancia y maternidad en España correspondiente al 2009. Se estudian diversos asuntos. Que si las madres prefieren Reyes Magos o Papá Noel, que si con la crisis la cantidad de dinero que destinan a regalos para los niños es igual, menor o superior a la que dedicaron el año pasado... De todo lo que tratan hay un asunto especialmente interesante: la edad en la que los niños descubren la verdadera identidad de los tres barbudos de Oriente. El 70 por ciento se entera a los ocho años, y les cuesta aproximadamente seis meses aceptar esa primera gran mentira de la vida. Un detalle sugestivo: los niños catalanes son los que antes descubren la patraña. Se enteran a los seis años, dos antes que la media española. Para rematar esa información, otra que la complementa: los niños madrileños son los más crédulos y hasta los nueve años no se enteran de quiénes son realmente los Magos: un año más tarde que la media.
No me negarán que es un informe sabroso. En manos de un sociólogo o de un experto en política puede dar mucho juego. Se pueden sacar tantas conclusiones que, más que un informe, es un festín. Yo empezaría por sacarme de la manga el argumento de que esa diferencia entre niños catalanes y madrileños se debe a una modificación de genes transmitida a lo largo de los siglos. Los primeros se han visto siempre sistemáticamente estafados por un sistema de organización estatal que, generación tras generación, los ha llevado al recelo y a la desconfianza, con lo que resulta lógico que sospechen de los Magos a la que se les conectan cuatro neuronas. En cambio, los segundos han percibido siempre que el mundo está hecho a su medida, y que sus posibilidades son tales que, si les dijesen que las vacas vuelan, se lo creerían. Por eso tardan más en enterarse de la verdad de los Reyes de Oriente.
Luego podríamos darle a la historia un toque personalizado y derivarla hacia el niño Zapatero. ¿A qué edad supo el niño Zapatero que sus padres le habían engañado con lo de los Magos? Quizá de ahí viene su personalidad actual. Quizá en su caso el choque fue tan fuerte que no le duró sólo los seis meses que a los niños españoles les cuesta aceptar la verdad. Quizá por motivos que en este momento desconocemos (pero que descubriríamos en diversos otros artículos) esa frustración lo traumatizó de tal forma que, de adulto, ha acabado por convertirse en el mentiroso compulsivo que hoy es. Fíjense además cómo, cuando engaña, no pierde nunca la sonrisa amable, ni sus ojos placidez. Veo yo ahí los ojos plácidos y la sonrisa amable del padre y de la madre de Zapatero cuando, de niño, cada 5 de enero por la noche, abrían el balcón y le hacían poner galletas y coñac para los Reyes y sus pajes, y pan seco y agua para los camellos. Y él se lo creía.
Fuente : http://www.lavanguardia.es/ciudadanos/noticias/20091216/53846168109/es-bueno-mentir-a-los-ninos-zapatero-oriente-magos-reyes-reyes-magos-papa-noel.html
Chicco, fabricante de productos para bebés, ha dado a conocer su Informe sobre infancia y maternidad en España correspondiente al 2009. Se estudian diversos asuntos. Que si las madres prefieren Reyes Magos o Papá Noel, que si con la crisis la cantidad de dinero que destinan a regalos para los niños es igual, menor o superior a la que dedicaron el año pasado... De todo lo que tratan hay un asunto especialmente interesante: la edad en la que los niños descubren la verdadera identidad de los tres barbudos de Oriente. El 70 por ciento se entera a los ocho años, y les cuesta aproximadamente seis meses aceptar esa primera gran mentira de la vida. Un detalle sugestivo: los niños catalanes son los que antes descubren la patraña. Se enteran a los seis años, dos antes que la media española. Para rematar esa información, otra que la complementa: los niños madrileños son los más crédulos y hasta los nueve años no se enteran de quiénes son realmente los Magos: un año más tarde que la media.
No me negarán que es un informe sabroso. En manos de un sociólogo o de un experto en política puede dar mucho juego. Se pueden sacar tantas conclusiones que, más que un informe, es un festín. Yo empezaría por sacarme de la manga el argumento de que esa diferencia entre niños catalanes y madrileños se debe a una modificación de genes transmitida a lo largo de los siglos. Los primeros se han visto siempre sistemáticamente estafados por un sistema de organización estatal que, generación tras generación, los ha llevado al recelo y a la desconfianza, con lo que resulta lógico que sospechen de los Magos a la que se les conectan cuatro neuronas. En cambio, los segundos han percibido siempre que el mundo está hecho a su medida, y que sus posibilidades son tales que, si les dijesen que las vacas vuelan, se lo creerían. Por eso tardan más en enterarse de la verdad de los Reyes de Oriente.
Luego podríamos darle a la historia un toque personalizado y derivarla hacia el niño Zapatero. ¿A qué edad supo el niño Zapatero que sus padres le habían engañado con lo de los Magos? Quizá de ahí viene su personalidad actual. Quizá en su caso el choque fue tan fuerte que no le duró sólo los seis meses que a los niños españoles les cuesta aceptar la verdad. Quizá por motivos que en este momento desconocemos (pero que descubriríamos en diversos otros artículos) esa frustración lo traumatizó de tal forma que, de adulto, ha acabado por convertirse en el mentiroso compulsivo que hoy es. Fíjense además cómo, cuando engaña, no pierde nunca la sonrisa amable, ni sus ojos placidez. Veo yo ahí los ojos plácidos y la sonrisa amable del padre y de la madre de Zapatero cuando, de niño, cada 5 de enero por la noche, abrían el balcón y le hacían poner galletas y coñac para los Reyes y sus pajes, y pan seco y agua para los camellos. Y él se lo creía.
Fuente : http://www.lavanguardia.es/ciudadanos/noticias/20091216/53846168109/es-bueno-mentir-a-los-ninos-zapatero-oriente-magos-reyes-reyes-magos-papa-noel.html
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