El investigador asegura que saber dos idiomas favorece la atención y retrasa la aparición de síntomas de Alzheimer, pero admite que no se conocen igual la primera y la segunda lengua
Albert Costa, psicólogo investigador, en el Instituto Catalán de Investigación y Estudios Avanzados (ICREA) / Joel Albarrán Bugié
Aprendemos nuestro idioma materno sin esfuerzo aparente, pero todavía no hemos descifrado cómo nuestro cerebro procesa y produce el lenguaje, una de las cualidades que nos hace humanos.
El psicólogo investigador del Instituto Catalán de Investigación y Estudios Avanzados (ICREA) Albert Costa lleva muchos años estudiando los mecanismos con los que nuestro cerebro -qué almacena un vocabulario de 50.000 palabras, es capaz de producir tres cada segundo y equivocarse sólo una de cada mil veces- logra distinguir entre dos o más lenguas sin confundirse.
Ahora acaba de descubrir cuánto tardamos en convertir mentalmente una idea en una palabra: 200 milisegundos.
Las incógnitas sobre los procesos cerebrales del lenguaje siguen siendo incontables, pero Costa ya ha demostrado que entre las ventajas de dominar varios idiomas se encuentra una mayor capacidad de atención y concentración y una tendencia a retrasar la aparición del Alzheimer.
Sin embargo, no todo son ventajas: los bilingües no dominan su segundo idioma tan bien como su lengua materna.
-¿Qué complejidad tiene nuestra capacidad para el lenguaje?
-Los seres humanos somos capaces de procesar el lenguaje de una manera muy rápida y fiable. Producimos alrededor de tres palabras por segundo, tenemos alrededor de 50.000 palabras en nuestro diccionario mental y sólo cometemos un error cada mil palabras. En la producción del habla hay muchos pasos involucrados: saber las ideas que se quieren transmitir, encontrar las palabras que transmitirán esas ideas, organizarlas en frases y, finalmente, realizar un movimiento articulatorio que envuelve 300 músculos. De todos estos pasos, nosotros investigamos el momento en qué traducimos las ideas en palabras.
-¿Cuánto tarda el cerebro en hacer este paso concreto?
-Unos 200 milisegundos. Sucede mucho antes de abrir la boca, que se produce a los 700 milisegundos.
-¿Sus investigaciones permitirán solucionar problemas del lenguaje?
-Conociendo los procesos podremos saber mejor donde está el origen de esos problemas. Si es articulatorio, de acceso al léxico...
-¿Porqué a veces nuestro cerebro no encuentra una palabra que sí conocemos?
-Porque te has tomado demasiados gin-tonics [ríe]. Parece ser que cuando tienes una palabra en la punta de la lengua el problema está en la recuperación de los sonidos. Hay el nivel del léxico y el nivel de los sonidos, a veces puedes tener acceso a uno y no al otro por cansancio o por ruido en el sistema. Es algo que pasa más con nombres propios que con nombres de objetos.
-Dicen que la técnica para recuperar la palabra es no pensar en ello.
-Es una cosa curiosa. Es verdad, dejas de pensar y en otro momento u otro día llega la palabra sin que estés pensando en ello. No sabemos si esta técnica funciona, pero anecdóticamente sí que sucede.
-¿Avanzando en los estudios sobre el lenguaje avanzamos en nuestro conocimiento sobre qué nos diferencia del resto de animales?
-Totalmente. Aunque los animales tengan cualidades de comunicación, son cualitativa y cuantitativamente distintas de las de los humanos. Somos muy buenos en el habla y la comprensión. Estamos continuamente hablando y si estamos sólos ponemos la radio para que alguien nos hable. Creo que esta cualidad es fundamentalmente humana.
-¿Hasta qué edad se aprende con facilidad un idioma?
-Tiene que ver con los periodos críticos, llamados también ventanas de oportunidad, es decir en qué momento el sistema cerebral se vuelve menos plástico para adaptar nuevos conocimientos. Los diferentes periodos críticos dependen de la parte del lenguaje de la que estamos hablando. Por ejemplo, la ventana siempre está abierta para incorporar nuevas palabras a un idioma que ya dominamos. Es una cuestión de memoria.
-¿Qué cosas hay que aprender de pequeños?
-Los sonidos de las palabras son más sensibles a los periodos críticos y, por este motivo, casi todo el mundo tiene un acento. Cuando nace, un niño es capaz de discriminar todos los sonidos que se le presenten, pero a los seis o siete meses de vida la oportunidad de reconocer otros sonidos se cierra o empieza a bajar.
-A los padres de hoy les preocupa mucho que sus niños hablen bien inglés ¿Cuándo debe empezar a enseñarse?
-Siempre se ha dicho "cuanto antes mejor" ¿Y porqué no? Si le pones los dibujos animados en inglés no pasa nada, otra cosa es estresar a los niños. Pero si a los cuatro años tiene un profesor de inglés que no es nativo y no tiene acento inglés se le está dando mal ejemplo, cuando es precisamente en los primeros estadios cuando es necesario que el profesor sea nativo. En las cuestiones gramaticales parece que es sobre la pubertad cuando se pierde la plasticidad.
-¿Es beneficioso para las personas ser bilingües?
-Hemos estudiado cómo la gente bilingüe puede separar tan bien sus dos lenguas y cómo este control de las lenguas tiene algún efecto en el sistema cognitivo. Es decir, hasta qué punto los bilingües son capaces de focalizar su atención mejor que los monolingües, no sólo en el lenguaje sino en general. Los bilingües parecen sufrir menos distracción de estímulos irrelevantes que los monolingües. Aunque a veces pueda parecer que al principio estén más confundidos, la necesidad de separar estas dos lenguas es un entrenamiento extra que el monolingüe no tiene y que parece que produce beneficios.
-¿Qué otros beneficios produce?
-Un estudio de Canadá demuestra que los bilingües mayores, los abuelos, desarrollan los primeros síntomas de Alzheimer más tarde que los monolingües. Es como si al haber estado toda la vida con este control de las dos lenguas se creara una reserva cognitiva que hace desarrollar los síntomas más tarde aunque, claro, no evita que aparezca.
-En Cataluña existe el debate de la tercera hora de castellano ¿Hay que preocuparse por el dominio del castellano de los niños catalanes?
-Mmmm… Hay partes de este debate que en Madrid no quieren oír y partes que aquí en Catalunya no queremos oír. Mi primera lengua 1 debería ser comparable a la de un señor de Madrid, pero no lo es. Soy más lento, tengo menos vocabulario, más puntas en la lengua… Ser bilingüe tiene un cierto coste lingüístico aunque sea perfectamente compatible en las dos lenguas. Quizás sea porque practico menos el castellano que un señor de Madrid o quizás porque esta competición entre las dos lenguas me hace ser un poco peor. Son lo que llamamos costes asociados al bilingüismo. Hay ventajas y costes, pero lo que no podemos decir en Madrid, porque no nos creen, es que nuestros niños dominan igual el castellano si estudian dos horas que si estudian ocho.
-Esto es lo que creen muchos.
-Pero si piensas lo que estoy diciendo ahora... parece un poco extraño ¿no?
-¿Pero el bilingüismo no era esto?
-No, el bilingüismo es ser capaz de hablar en dos idiomas y de entenderlos. Tenemos que aceptar que quizás aquí los niños no aprenderán igual el castellano que los niños de Madrid. No pasa nada, es una decisión que tenemos que tomar aquí. Lo que está claro es que el catalán o lo aprenden bien aquí o no lo aprenderán en ningún lugar. Y esta es una decisión política, no una decisión científica. Si preguntamos a la ciencia, nos dirá que si dividimos el tiempo entre una y otra lengua, no será igual … ¡Pero sabrás dos lenguas! El daño quizás sean unos milisegundos de mayor lentitud o que en vez de tener un vocabulario de 60.000 palabras lo tengas de 40.000. Pues bueno…
-Su teoría es que vamos a un mundo de personas bilingües.
-En África y Asia el 90% de la población es bilingüe, es decir que la mayoría de la población mundial es bilingüe. No sé que pasará, pero las lenguas francas no han triunfado mucho. Bueno, han triunfado porque se han globalizado, pero la gente ha seguido hablando su lengua.
-¿Y es bueno que la gente se bilingüe?
-Yo creo que es enriquecedor: cuántas más lenguas hables más poetas podrás leer.
Fuente : http://www.lavanguardia.es/ciudadanos/noticias/20091216/53838316215/albert-costa-ser-bilingue-tiene-un-coste-nuestros-ninos-no-dominan-igual-el-castellano-madrid-alzhei.html
Albert Costa, psicólogo investigador, en el Instituto Catalán de Investigación y Estudios Avanzados (ICREA) / Joel Albarrán Bugié
Aprendemos nuestro idioma materno sin esfuerzo aparente, pero todavía no hemos descifrado cómo nuestro cerebro procesa y produce el lenguaje, una de las cualidades que nos hace humanos.
El psicólogo investigador del Instituto Catalán de Investigación y Estudios Avanzados (ICREA) Albert Costa lleva muchos años estudiando los mecanismos con los que nuestro cerebro -qué almacena un vocabulario de 50.000 palabras, es capaz de producir tres cada segundo y equivocarse sólo una de cada mil veces- logra distinguir entre dos o más lenguas sin confundirse.
Ahora acaba de descubrir cuánto tardamos en convertir mentalmente una idea en una palabra: 200 milisegundos.
Las incógnitas sobre los procesos cerebrales del lenguaje siguen siendo incontables, pero Costa ya ha demostrado que entre las ventajas de dominar varios idiomas se encuentra una mayor capacidad de atención y concentración y una tendencia a retrasar la aparición del Alzheimer.
Sin embargo, no todo son ventajas: los bilingües no dominan su segundo idioma tan bien como su lengua materna.
-¿Qué complejidad tiene nuestra capacidad para el lenguaje?
-Los seres humanos somos capaces de procesar el lenguaje de una manera muy rápida y fiable. Producimos alrededor de tres palabras por segundo, tenemos alrededor de 50.000 palabras en nuestro diccionario mental y sólo cometemos un error cada mil palabras. En la producción del habla hay muchos pasos involucrados: saber las ideas que se quieren transmitir, encontrar las palabras que transmitirán esas ideas, organizarlas en frases y, finalmente, realizar un movimiento articulatorio que envuelve 300 músculos. De todos estos pasos, nosotros investigamos el momento en qué traducimos las ideas en palabras.
-¿Cuánto tarda el cerebro en hacer este paso concreto?
-Unos 200 milisegundos. Sucede mucho antes de abrir la boca, que se produce a los 700 milisegundos.
-¿Sus investigaciones permitirán solucionar problemas del lenguaje?
-Conociendo los procesos podremos saber mejor donde está el origen de esos problemas. Si es articulatorio, de acceso al léxico...
-¿Porqué a veces nuestro cerebro no encuentra una palabra que sí conocemos?
-Porque te has tomado demasiados gin-tonics [ríe]. Parece ser que cuando tienes una palabra en la punta de la lengua el problema está en la recuperación de los sonidos. Hay el nivel del léxico y el nivel de los sonidos, a veces puedes tener acceso a uno y no al otro por cansancio o por ruido en el sistema. Es algo que pasa más con nombres propios que con nombres de objetos.
-Dicen que la técnica para recuperar la palabra es no pensar en ello.
-Es una cosa curiosa. Es verdad, dejas de pensar y en otro momento u otro día llega la palabra sin que estés pensando en ello. No sabemos si esta técnica funciona, pero anecdóticamente sí que sucede.
-¿Avanzando en los estudios sobre el lenguaje avanzamos en nuestro conocimiento sobre qué nos diferencia del resto de animales?
-Totalmente. Aunque los animales tengan cualidades de comunicación, son cualitativa y cuantitativamente distintas de las de los humanos. Somos muy buenos en el habla y la comprensión. Estamos continuamente hablando y si estamos sólos ponemos la radio para que alguien nos hable. Creo que esta cualidad es fundamentalmente humana.
-¿Hasta qué edad se aprende con facilidad un idioma?
-Tiene que ver con los periodos críticos, llamados también ventanas de oportunidad, es decir en qué momento el sistema cerebral se vuelve menos plástico para adaptar nuevos conocimientos. Los diferentes periodos críticos dependen de la parte del lenguaje de la que estamos hablando. Por ejemplo, la ventana siempre está abierta para incorporar nuevas palabras a un idioma que ya dominamos. Es una cuestión de memoria.
-¿Qué cosas hay que aprender de pequeños?
-Los sonidos de las palabras son más sensibles a los periodos críticos y, por este motivo, casi todo el mundo tiene un acento. Cuando nace, un niño es capaz de discriminar todos los sonidos que se le presenten, pero a los seis o siete meses de vida la oportunidad de reconocer otros sonidos se cierra o empieza a bajar.
-A los padres de hoy les preocupa mucho que sus niños hablen bien inglés ¿Cuándo debe empezar a enseñarse?
-Siempre se ha dicho "cuanto antes mejor" ¿Y porqué no? Si le pones los dibujos animados en inglés no pasa nada, otra cosa es estresar a los niños. Pero si a los cuatro años tiene un profesor de inglés que no es nativo y no tiene acento inglés se le está dando mal ejemplo, cuando es precisamente en los primeros estadios cuando es necesario que el profesor sea nativo. En las cuestiones gramaticales parece que es sobre la pubertad cuando se pierde la plasticidad.
-¿Es beneficioso para las personas ser bilingües?
-Hemos estudiado cómo la gente bilingüe puede separar tan bien sus dos lenguas y cómo este control de las lenguas tiene algún efecto en el sistema cognitivo. Es decir, hasta qué punto los bilingües son capaces de focalizar su atención mejor que los monolingües, no sólo en el lenguaje sino en general. Los bilingües parecen sufrir menos distracción de estímulos irrelevantes que los monolingües. Aunque a veces pueda parecer que al principio estén más confundidos, la necesidad de separar estas dos lenguas es un entrenamiento extra que el monolingüe no tiene y que parece que produce beneficios.
-¿Qué otros beneficios produce?
-Un estudio de Canadá demuestra que los bilingües mayores, los abuelos, desarrollan los primeros síntomas de Alzheimer más tarde que los monolingües. Es como si al haber estado toda la vida con este control de las dos lenguas se creara una reserva cognitiva que hace desarrollar los síntomas más tarde aunque, claro, no evita que aparezca.
-En Cataluña existe el debate de la tercera hora de castellano ¿Hay que preocuparse por el dominio del castellano de los niños catalanes?
-Mmmm… Hay partes de este debate que en Madrid no quieren oír y partes que aquí en Catalunya no queremos oír. Mi primera lengua 1 debería ser comparable a la de un señor de Madrid, pero no lo es. Soy más lento, tengo menos vocabulario, más puntas en la lengua… Ser bilingüe tiene un cierto coste lingüístico aunque sea perfectamente compatible en las dos lenguas. Quizás sea porque practico menos el castellano que un señor de Madrid o quizás porque esta competición entre las dos lenguas me hace ser un poco peor. Son lo que llamamos costes asociados al bilingüismo. Hay ventajas y costes, pero lo que no podemos decir en Madrid, porque no nos creen, es que nuestros niños dominan igual el castellano si estudian dos horas que si estudian ocho.
-Esto es lo que creen muchos.
-Pero si piensas lo que estoy diciendo ahora... parece un poco extraño ¿no?
-¿Pero el bilingüismo no era esto?
-No, el bilingüismo es ser capaz de hablar en dos idiomas y de entenderlos. Tenemos que aceptar que quizás aquí los niños no aprenderán igual el castellano que los niños de Madrid. No pasa nada, es una decisión que tenemos que tomar aquí. Lo que está claro es que el catalán o lo aprenden bien aquí o no lo aprenderán en ningún lugar. Y esta es una decisión política, no una decisión científica. Si preguntamos a la ciencia, nos dirá que si dividimos el tiempo entre una y otra lengua, no será igual … ¡Pero sabrás dos lenguas! El daño quizás sean unos milisegundos de mayor lentitud o que en vez de tener un vocabulario de 60.000 palabras lo tengas de 40.000. Pues bueno…
-Su teoría es que vamos a un mundo de personas bilingües.
-En África y Asia el 90% de la población es bilingüe, es decir que la mayoría de la población mundial es bilingüe. No sé que pasará, pero las lenguas francas no han triunfado mucho. Bueno, han triunfado porque se han globalizado, pero la gente ha seguido hablando su lengua.
-¿Y es bueno que la gente se bilingüe?
-Yo creo que es enriquecedor: cuántas más lenguas hables más poetas podrás leer.
Fuente : http://www.lavanguardia.es/ciudadanos/noticias/20091216/53838316215/albert-costa-ser-bilingue-tiene-un-coste-nuestros-ninos-no-dominan-igual-el-castellano-madrid-alzhei.html
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