Los aspirantes a padres deben saber que, a mayores necesidades del menor, mayores han de ser sus capacidades.
Que nadie se lleve a engaños. Todos quieren un recién nacido sano. Los niños mayores de tres años, los grupos de hermanos o los discapacitados son esos 'especiales' que sólo una minoría busca. Los hay que se lanzan a por todas, que marcan todas las casillas en la solicitud y llegan al Servicio de Adopción (Santander, calle Canalejas, 42) dispuestos a adoptar un hijo con todo lo que carga sobre sus espaldas, con su pasado, sus problemas de salud, sus hermanos... La labor de los psicólogos es hacerles ver que, a mayores necesidades del menor, mayores deberán ser las capacidades de los padres adoptivos.
En la primera sesión informativa se les da a conocer la verdad y, después, tras los certificados de idoneidad, llega la fase de formación, para profundizar y facilitarles las herramientas que necesitan para construir su vida con su futuro hijo. En ese momento «son todo orejas», dice una de las psicólogas que organiza los cursos de preadopción.
Primer consejo a los aspirantes: «que sepan que es para toda la vida». Parece una obviedad, pero lo cierto, advierte la especialista, es que en ocasiones no se tienen claros los motivos reales por los que han decidido adoptar. Olvídense del tema los que lo hagan por altruismo. Hay otras maneras de hacer una buena obra.
Que nadie piense que un niño arreglará sus problemas de pareja ni llenará el vacío de sus vidas. Por encima de todo está el bienestar del menor. La valoración de la idoneidad tiene en cuenta, precisamente, el tipo de adopción para el que los solicitantes se están proponiendo, pues las capacidades educativas necesarias no son iguales en los casos 'especiales'.
Mentiras extendidas
Para advertir de los pros y los contras, es preciso desterrar una serie de mitos. Los niños enfermos o discapacitados son exactamente iguales que los sanos: «Falso», responde la psicóloga, «tienen unas limitaciones y los padres no deben negarlas». Siguiente mito: la adaptación a la nueva familia es más fácil en el caso de un discapacitado mental, «también es falso», y sus padres «deben respetar su pasado», que lo tienen como todo el mundo. Que si los discapacitados son más cariñosos, que si son la mejor compañía para los padres en su vejez... Nada de esto vale, y, más aún, la educación debe ser exigente sin caer nunca en la sobreprotección.
También se desgranan los pros y los contras de adoptar a grupos de hermanos, opción en la que ganan las ventajas: «Que varios hermanos vivan juntos sus experiencias es un apoyo absoluto y facilita la adaptación a la familia». Los mayores ayudan a los pequeños a la hora de comunicar el pasado y nunca tendrán miedo a estar solos, aunque también hay que asumir los peligros: «Se hacen alianzas, se genera un bloque fraternal, hay rivalidades.».
Ninguno de estos niños viene de una historia bonita, han soportado situaciones de desprotección y abandono. Y la vida sigue, y si con tres años no se enteraban de nada, con ocho empiezan a preguntar y con 18, ya mayores de edad, pueden buscar sus orígenes, un momento en el que el apoyo de los padres «es importantísimo», dice.
Los niños pasan por una fase de 'protesta', seguramente no van a salir corriendo a abrazar a sus adoptantes en cuanto los conozcan. Luego llega la 'desesperación' y más tarde la 'adaptación', una evolución habitual que se advierte a los candidatos para que estén preparados.
Solos o con apoyo
Una vez culminada la fase de acogimiento, la familia puede seguir contando con un apoyo postadoptivo, aunque muchos prefieren seguir adelante solos, arreglar los asuntos en familia cuando ya se ha conseguido que el nuevo miembro lo sea con todas las de la ley.
Hay situaciones muy específicas, como la adopción de un menor por parte de una pareja en la que ambos miembros tienen el mismo sexo. En la actualidad, en Cantabria hay un caso y, según los técnicos del Servicio de Adopción, la evolución de esa familia «es excelente», a pesar de que el menor tuvo que superar un doble duelo: «No sólo el de la pérdida de su familia biológica, sino el de la idea de familia».
Así y todo, en la adopción nacional, cuando se hace una primera selección de familia, ésta se entiende en su sentido más 'tradicional'. «Se trata de buscar una familia para un menor, no un menor para una familia».
Fuente : http://www.eldiariomontanes.es/20091130/cantabria/mitos-pros-contras-adopcion-20091130.html
Fuente : http://www.eldiariomontanes.es/20091130/cantabria/mitos-pros-contras-adopcion-20091130.html
Comentarios