La vida en Puerto Príncipe se va recuperando poco a poco... CEDIDA
Maider Goñi Suverbiola, pamplonesa de 33 años y responsable de cooperación internacional de la Asociación Nuevo Futuro, viajó a República Dominicana para visitar proyectos en este país, pero lo ocurrido en Haití le hizo cruzar la frontera.
TESTIMONIO RECOGIDO POR: MARIA JESÚS CASTILLEJO Lunes, 8 de marzo de 2010 - 04:00 h.
Así llegamos a nuestro destino tras siete horas de viaje. Aquí regresaremos cada día tras nuestra ruta diaria a Puerto Príncipe. En mi primer día me sorprende que la gente siga viva, la población no está bloqueada y saca fuerza de donde sea. Algunos se resisten a pensar que han perdido su casa y se acomodan a la puerta de los escombros que decoran las calles de la ciudad.
Domingo
Quien tenía un comercio o un medio semi-oficial de subsistencia, lo ha trasladado a las aceras en forma de rastrillo ambulante. Me siento más observada que el observado, porque yo al fin y al cabo vengo a observar para poder valorar, para poder ayudar de forma coherente. Pero, ¿quién valora a quién? Las supersticiones de la cultura afrocaribeña les hace rechazar el contacto, el flash de una foto y hasta el gesto que tan amablemente se recibe en mi querida y lejana Europa.
Lunes
Ya estamos todo el equipo en la fortaleza de Jimaní, a 20 minutos de la frontera. Mis colegas me adelantan que hoy veremos los centros de acopio desde donde se van a distribuir las donaciones y mercancías que el IDDI, nuestra ONG contraparte, hace llegar en camiones al país. En mi ignorancia compongo en mi cabeza que un centro de acopio tiene forma de almacén, pero se trata de un descampado donde los camiones aparcan su contenedor y de manera controlada se regula la distribución de su contenido a la población. Estamos llegando.
Los lunes es el mercado de la frontera de Jimaní, todo un espectáculo comparado con la idea de puesto del mercado en cualquier otro país del norte o del sur. La idea hoy es valorar las posibilidades de distribución de la ayuda y montar el puzzle del programa de distribución. Me esperaba encontrar un albergue, no puedo visitarlos. Tan sólo llevarme la traducción de albergue a asentamiento espontáneo ya ha sido un logro del encargo diario. Hoy mi cámara alcanza para fotografíar la inmensidad de terreno ocupada, mañana la foto será otra.
Martes
Me doy cuenta de que un país sumido en una crisis humanitaria de tal envergadura son dos países. La crisis no es igual para todos y no se trata de status social; me refiero a que tu dimensión es diferente si eres hombre o mujer. Y no tengo palabras para plasmar la dimensión de la catástrofe desde la inocencia de un niño que deambula por las calles entre escombros y desesperanza, sin más destino que el de ser visto por el grupo de blancos que viene a valorar cómo de vulnerable es tu realidad.
Miércoles
Volvemos a la caravana de ayuda, al tráfico y a la tarea. Hoy conoceremos a las organizaciones de base organizadas en la ciudad de Croix de Bouquet, una prolongación de Puerto Príncipe y refugio de muchos damnificados. Nuestra premisa es la coordinación previa a la distribución. Llegamos a visitar varios asentamientos y esto nos ayuda a concretar qué llevarán los kits que enviemos. Tenemos un golpe de suerte y nuestros contactos de IDDI consiguen una entrevista con el alcalde de Croix de Bouquet. Llegamos casi dos horas tarde al encuentro por el infernal tráfico de la ciudad. Aún así, nos recibe en la única sala del edificio agrietado que queda disponible. Varios representantes del síndico de la ciudad nos invitan a participar en su reunión semanal, cuyo fin es trabajar de manera coordinada. Un gran logro en este viaje.
Jueves
Hoy ha sido un día de ilusión. Me he llevado mis pinturas y he robado unas sonrisas con forma de mariposa, princesa, conejito o de ratón. Aquellos niños tenían todas las ganas de dejarse divertir. He podido dejar un pedazo de mí y me he llevado mucho más de lo que cabe en mi bolsa de pinturas.
Hemos visitado un orfanato y una guardería "créche" (orfanatos acreditados para el tránsito de la adopción internacional). El primero me deja una buena sensación, los chicos están atendidos, las condiciones post-desastre son salvables y hay ya una organización que busca opciones para reubicar a los menores en otro lugar. La "créche" es un lugar lleno de esperanza. Hay bebés de 2 a 24 meses que antes de que comience la fase de reconstrucción tendrán otro destino de vida. Nos lo cuenta el director, que había hecho una gran labor de coordinación con la ayuda internacional para que los niños mantuvieran las mínimas garantías de salubridad y seguridad. Por la tarde, visitamos un hospital "love a child" y conocemos a médicos ecuatorianos que están allí para dos semanas. La intensidad es tal que no se recomienda estancias mayores en hospitales de campaña. Entre amputaciones y fracturas se vive un ambiente desolador, una realidad sórdida bajo el calor de la isla y la falta de esperanza de aquellas personas postradas en una camilla.
Tras una dura sobremesa llega nuestra última noche y el regreso. Ahora toca definir nuestra propuesta de reconstrucción. Mientras, yo vuelvo a mi realidad, con los míos, a casa... Pero todavía mi viaje no ha terminado.
LA PROTAGONISTA
Maider Goñi Suberviola. Tiene 33 años. Nacida en Pamplona, es licenciada en LADE por la Universidad de Cardif y postgrado en Derecho Internacional por la Universidad Libre de Bruselas. Tras trabajar en Bruselas y otros lugares, desde hace tres años es la responsable del departamento de Cooperación Internacional en la Asociación Navarra Nuevo Futuro, que desarrolla en la actualidad diversos proyectos de desarrollo en Cuba, República Dominicana, Perú, Honduras y Haití y anteriormente en Croacia y Colombia.
Comentarios