EFE-Pekín
El hospital de Tianjin (norte de China) que practicó un trasplante de hígado al español Óscar Garay en 2008 aseguró hoy a Efe que la ley ya no le permite hacer este tipo de operaciones debido a que, desde hace dos años, ésta limita en el país asiático el llamado "turismo de trasplantes".
Fuentes del Hospital Número 1 de Tianjin confirmaron hoy que llevan a cabo trasplantes por precios que oscilan entre los 400.000 y los 500.000 yuanes (43.000-53,000 euros) pero sólo a pacientes de nacionalidad china, puesto que los cambios legales impiden estas intervenciones a foráneos.
En China, tanto la sanidad pública como privada es de pago y solamente el 20 por ciento de la población cuenta con seguridad social, que únicamente sufraga una parte de la operación.
El ministerio de Sanidad chino, contactado por Efe para aclarar la situación de la ley de trasplantes en el país, se negó por el momento a comentar el caso del español que apareció en la prensa, mientras que el de Asuntos Exteriores remitió al departamento anterior cualquier comentario sobre trasplantes.
No obstante, las nuevas Provisiones sobre el Trasplante de Órganos Humanos, en vigor en China desde el 1 de mayo de 2007 para frenar el tráfico de órganos y el llamado "turismo de trasplantes", establecen que un extranjero que llegue al país asiático con visado de turista no puede someterse a dicha operación.
Además, China prohíbe que médicos del país viajen al extranjero como turistas para efectuar dichas cirugías.
"China se opone al trasplante de órganos a turistas extranjeros, de acuerdo con las prácticas internacionales", aseguró en 2009 el portavoz del Ministerio de Sanidad chino, Mao Qunan.
El país asiático modificó su legislación de trasplantes en 2007 para hacer frente a los recelos que despertaba entre la comunidad internacional el presunto empleo generalizado en las cirugías de órganos de presos ejecutados.
La prensa oficial china reveló en 2009 que el 65 por ciento de los órganos utilizados en trasplantes procedían de presos ejecutados (cifra no confirmada por las autoridades), aunque el Gobierno argumenta que los reos dan antes de morir su consentimiento.
Además, la Asociación Médica de China aseguró en 2007 que los profesionales médicos chinos se han comprometido a trasplantar órganos de ejecutados sólo a aquellos familiares que lo necesiten.
Pese a las reformas legales de 2007, parece cierto que algunos hospitales chinos han llevado a cabo trasplantes a extranjeros, y que algunos fueron penalizados por ello.
Según el Ministerio de Sanidad chino, cerca de 1,5 millones de personas al año necesitan trasplantes en China, pero en las condiciones actuales sólo hay disponibles unos 10.000 órganos cada año, mientras que los estudios afirman que el 80 por ciento de los chinos que necesitan un trasplante mueren sin ser operados.
Dicha escasez motivó reformas legales para dar preferencia a los nacionales a la hora de recibir un órgano, pero también crea las condiciones para la proliferación del mercado negro contra el que Pekín dice luchar.
En China, donar órganos es todavía una práctica muy minoritaria, por la prevalencia de tradiciones religiosas y sociales que aún consideran poco apropiado que una persona esté "incompleta" a la hora de ser enterrada o incinerada.
fUENTE: http://www.adn.es/internacional/20100316/NWS-0099-Hospital-trasplanto-realiza-espanol-higado.html
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