El ajo, ay el ajo... Sus propiedades antibióticas son sobradamente conocidas y es una hortaliza que no puede faltar en toda cocina que se precie. En China también veneran el ajo, hasta el punto de que Confucio glosó sus innumerables virtudes en algunos poemas. Bien, el caso es que se ha creado una enorme burbuja inflacionaria con forma de ajo y que las autoridades chinas se están encontrando con grandes dificultades para doblegarla. Hace más de un año que preocupa la espectacular escalada del precio del bulbo en los mercados mayoristas y minoristas chinos y hace muchos, muchos meses que se anunciaron medidas al respecto. Pero he consultado los precios en los pocos índices que hay al respecto y el hecho es que están en máximos históricos.
La Bolsa de Sao Paulo tiene un índice que sigue la evolución del precio mayorista del ajo chino y éste exhibe una revalorización de casi el 200% desde los mínimos del año pasado. En el índice Comigama de Indonesia, el precio del ajo chino se ha encarecido un 240% en dos años.
Esta pasión oriental por el ajo es un asunto bastante serio. Los productos agrícolas representan aproximadamente un tercio del IPC chino y cerca del 50% del ajo que se consume en EE UU procede del gigante asiático. Las repercusiones son mundiales. En 1958, los agricultores estadounidenses consiguieron sacar adelante la Onion Futures Act, que impide en EE UU el desarrollo de futuros financieros sobre la cebolla, ante las fluctuaciones de precios a los que la sometían los especuladores. Precisamente, los especuladores financieros también están siendo señalados ahora en China. Y ésta no es la única burbuja de la que tiene que ocuparse Pekín: el exceso de capacidad en la producción de acero inoxidable está alcanzado proporciones preocupantes y la fiebre del ladrillo también ha afectado de lleno al mercado inmobiliario del gigante asiático, por poner dos ejemplos. China tiene además que lidiar con un fenómeno desconocido para el país, las huelgas en demanda de mejoras laborales, que empiezan a generalizarse, y hasta una oleada de suicidos en Foxconn, la gran factoría mundial de la tecnología, ubicada en Shenzhen.
Las autoridades chinas ostentan una reputación de eficaces gestores económicos. A medida que los desafíos crecen, sus habilidades van a ser puestas a prueba. El resultado será crucial para todo el mundo.
Fuente: http://blogs.cincodias.com/gran-bazar/2010/07/locura-china-por-el-ajo.html
Comentarios