Brasilia. (EFE).- El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, sancionó hoy una nueva ley que facilitará la adopción de unos 10.000 niños que esperan en orfanatos la posibilidad de recuperar una familia.
"No todos los días un presidente de la República tiene el placer de sancionar una ley que nace del sentimiento más noble, que es el amor", dijo en el acto Lula, quien agregó que esta legislación "es otro paso para rescatar la dignidad de la infancia y la juventud".
El nuevo texto legal elimina engorrosos trámites burocráticos y establece que toda persona mayor de 18 años podrá adoptar un niño, siempre y cuando la diferencia de edad entre ambos sea de por lo menos 16 años.
En el caso de que el pequeño sea adoptado por una pareja, ésta deberá estar casada legalmente o demostrar ante la justicia que se trata de una unión estable.
La restricción que impide tramitar la adopción de un niño a parejas constituidas por personas del mismo sexo se mantiene en esta nueva legislación, a pesar de que las organizaciones de homosexuales demandaban que sea considerada su situación.
Según la ley, la prioridad para la adopción la tendrán familiares de los pequeños y toda pareja brasileña que resida en el país. Sólo en una última hipótesis se permitirá la adopción de un niño por parte de brasileños que viven fuera del país o por extranjeros.
En cualquiera de esos últimos casos, la aprobación definitiva será después de que los padres adoptivos pasen un período no menor de 30 días con el pequeño en Brasil.
Algunas de las novedades de la nueva ley es que no se permitirá la separación de hermanos, que deberán ser adoptados por la misma pareja, y que se promoverá que los niños indígenas sean dados en adopción dentro de sus propias comunidades.
Según cálculos oficiales, en los orfanatos brasileños hay unos 100.000 niños, aunque solamente un diez por ciento de ellos está en condiciones de ser adoptado.
El resto son chicos que viven en esos centros sin ser huérfanos y que habitualmente reciben visitas de sus familiares, que los han dejado allí por causas económicas o de otra naturaleza.
La nueva ley también contempla esa situación y limita a un máximo de dos años la permanencia en los asilos de los niños internados porque sus padres no están en condiciones de mantenerlos, aunque ese período podrá ser ampliado mediante una orden judicial.
Asimismo, la legislación establece que las mujeres embarazadas o madres que por alguna razón desean entregar a sus hijos en adopción reciban asistencia del Estado, para evitar que los pequeños sean simplemente abandonados.
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