Sesenta niños valencianos con gravesdeficiencias no encuentran familias que estén dispuestas a adoptarlos
6-08-09
María tiene 10 años y está postrada en una silla de ruedas porque sufre espina bífida. Juanma, el benjamín, nunca podrá ver la luz. El pequeño de seis años es ciego, además de autista. Miguel está en estado vegetativo desde los dos años. Hoy tiene más de 20 y el chupete todavía está en su boca.
Son algunos de los 11 niños con graves deficiencias que residen en el centro de acogida Xiquets, que se ha convertido en el hogar en el que viven su difícil infancia. Están a la espera de encontrar una familia que los adopte, ya que sus padres biológicos no pudieron hacerse cargo de ellos.
«Necesitan amor y mucha paciencia, por eso pedimos a los matrimonios valencianos que no tengan egoísmo. Si los acogen los querrán como a un hijo más, aunque necesiten un cuidado especial», asegura Isabel Atienza, directora del centro, gestionado por las Hermanas de la Caridad de Santa Ana.
En estos momentos, más de 60 niños discapacitados o con problemas de la Comunitat Valenciana esperan una familia que se haga cargo de ellos. Se trata de menores de entre 12 y 16 años (por su edad más elevada, tienen más dificultad de formar parte de una familia adoptiva), grupos de hermanos, niños con deficiencias psíquicas y físicas, enfermos o en riesgo de exclusión social.
"He aprendido a dividir, ayudo a hacer las camas y voy todos los días a por el pan», asegura satisfecha María mientras come un bocadillo de jamón. Ya piensa en volver a su colegio en septiembre. «Voy al María Inmaculada y muchas veces me llevan a la piscina", explica contenta. Y es que pasado mañana cumple 11 años.
Muchos de estos menores ya conocen la experiencia de vivir en una familia de adopción. Pero no siempre ha sido satisfactoria. «Algunos han sido rechazados y esto hace que puedan presentar problemas de comportamiento, pero no supone un riesgo. Desean ser queridos y precisan familias conscientes de sus necesidades y capaces de responder a ellas», destacan desde Bienestar Social.
Acción loable
Según Carolina Martínez, directora de Familia de la Generalitat, en el primer semestre del año se han producido 12 adopciones de niños con necesidades especiales, lo que calificó de «acción loable». A lo largo de la década, 600 menores con problemas han sido entregados en adopción en la Comunitat. De ellos, 51 presentaban alguna discapacidad -24 con problemas psíquicos, 22 con deficiencias físicas y 5, de tipo sensorial-. El 36% del total son grupos de dos hermanos o mayores de 6 años.
Entre los jóvenes de Xiquets, hay algunos con síndrome de Down, hiperactivos y otros que, por sus enfermedades más delicadas, permanecen todo el día en cama. «La mayoría van a centros especiales por el día y por la tarde hacen repaso con las religiosas. Hay que atenderlos uno a uno», recalca la directora.
Con frecuencia estos menores están «condenados por su condición o características específicas a permanecer institucionalizados en centros de protección, con pocas posibilidades de que las familias se interesen en adoptarlos», lamentan desde Bienestar Social. Para Martínez, además, «la adopción no tiene por que ser el único medio de su integración familiar, puesto que el acogimiento permanente también es una opción válida hasta que realmente se verifique si existe interés por parte de niños y familias para llevar adelante la adopción».
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