La otra noche tuve un sueño, cómo decirlo, ¿premonitorio? La acción se desarrollaba en el porche de mi casa, en el que mi suegra y yo conversábamos sobre la evolución de los tiempos, cuando un comando de chinos mandarinos interrumpió nuestra conversación, diciendo: «Venimos a por nuestra parte del PIB mundial», a la vez que se servían del café con el que acompañábamos la plática, y del bizcocho que ella había hecho. Ante aquel atropello y mi falta de reacción -la verdad me cogieron por sorpresa-, mi suegra se enfrentó a ellos con bravura tratando de defender el honor familiar al grito de: «el bizcocho ni tocarlo, lo hice para mi yerno». Pero todo fue en vano, los chinos me cogieron la tarjeta de crédito y el coche, y se marcharon con viento fresco. Cuando desperté, evidentemente empapado en sudor, las pesadillas siempre acaban así, encendí la radio. La noticia del día era que los chinos habían adquirido la Volvo, anunciando más compras en el continente europeo.
Para esta operación los chinos no han necesitado de mi tarjeta, se han servido de los ahorros que han acumulado estos últimos años. Dicen los estudiosos de la economía mundial que los chinos ahorran en promedio casi el 45% de su renta y las reservas del Banco Central de China superan las del Banco de Japón, con las que están contribuyendo a financiar el déficit de cuenta corriente de un país tan importante económicamente como Estados Unidos; por eso los economistas americanos braman por una revaluación del 'Reminibi'.
Estos son episodios que avalan la evolución de la economía china, su crecimiento, su modernización, y su integración en la economía mundial, hecho éste que cambiará el actual estado de cosas, y, por ende, las claves del desarrollo económico mundial del futuro inmediato.
El despegue económico de la China se ha basado en el crecimiento del sector exportador, produciendo bienes que demandan los países ricos -como han hecho Corea del Sur o Japón-, bienes que incorporan una gran componente de tecnología y, por tanto, un gran contenido de inversión (progreso tecnológico = inversión), con la característica de que este sector exportador está en gran parte en manos de empresas occidentales o participadas por ellas; es decir, se han decantado por un modelo de crecimiento eficaz, huyendo de la autarquía, o de los mercados pequeños o internos.
También es verdad que este desarrollo tan espectacular de la economía china se debe a los bajos costes salariales. Pero por algo se empieza; recuerden como fue el proceso en nuestro país. El coste de hora de trabajo manufacturado en Dinamarca es de 28 euros, en China 1,1 euros.
Además el peso actual de la población agrícola es muy alto, lo que supone que su transformación en urbana provocará grandes avances pero también todas las tensiones y desigualdades que hemos vivido en los países desarrollados.
Además el peso actual de la población agrícola es muy alto, lo que supone que su transformación en urbana provocará grandes avances pero también todas las tensiones y desigualdades que hemos vivido en los países desarrollados.
Los avilesinos ya sabemos de qué va esta nueva etapa de la economía mundial. Una familia india es la propietaria de la mayor empresa de la comarca, ArcelorMittal. Mañana nos podemos encontrar con que los chinos comprarán medio Avilés, mientras nosotros recorremos el paseo de la ría disfrutando de las ansiadas prejubilaciones o de las bajas por depresión.
Son los tiempos de Fumanchú, aquel personaje del cine que quería ser el dueño del mundo. Mira tú por donde. Y mi suegra haciendo bizcochos.
Fuente: http://www.elcomerciodigital.com/v/20100829/aviles/ahorro-chinos-20100829.html
Fuente: http://www.elcomerciodigital.com/v/20100829/aviles/ahorro-chinos-20100829.html
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