Angela y Mercedes, de siete años de edad, son dos niñas chinas adoptadas por familias españolas que se encontraron en el real de la Feria de abril de Sevilla. EFE/Archivo
La charla, que al final ofreció más dudas que respuestas a la pregunta que le daba título ("¿De dónde soy?"), ofreció no obstante interesantes puntos de vista de dos mujeres versadas en la materia y que conocen las dos caras (china y española) de las adopciones.
Una fue la pequinesa Liao Yanping, que vive en España desde hace dos décadas y estudia el fenómeno de la adopción para la Universidad Autónoma de Barcelona, y la mallorquina Jerònia Muntaner, directora del programa de atención infantil de la Fundación La Mitad del Cielo y residente en China desde 1985.
"Muchos padres españoles quieren que sus hijos mantengan la raíz china, existe la voluntad, pero es muy difícil", comenzó relatando Liao, quien creó una editorial, Maguregui Ediciones, precisamente para difundir la cultura china entre los niños adoptados.
La experta china señaló que siempre "llega un momento difícil" en el que las chicas chinas quieren saber más de lo que sus padres españoles pueden ofrecerles, o, en el lado opuesto, pueden perder todo interés en la cultura de China.
Ese momento suele coincidir con la llegada de las chicas a la adolescencia, destacó, recordando que un tercio de las niñas chinas adoptadas -el "boom" de las adopciones de chinas comenzó en los 90- han llegado a esa edad, creándose conflictos y situaciones complicadas en muchas familias.
"Comienzan a salir con chicos, piensan en su futuro y allí es cuando la parte emocional empieza a trabajar, un día de repente preguntan de dónde son, cuándo las fueron a recoger", cuenta Liao.
Sin embargo, añadió, muchas acaban "torciéndose" debido a las diferencias culturales entre China y España y acaban "no queriendo saber nada" de su país de origen.
"La sociedad aún no está preparada para los niños adoptados. Aún se les considera como 'inferiores', y esto les pone una barrera que hace que no quieran saber nada" de China, se lamentó Liao.
La editora también señaló que en otros casos las niñas ya desde pequeñas son muy presionadas por los padres para que estudien, por ejemplo, el idioma chino, algo muy duro para niños formados con el sistema educativo español, por lo que muchas abandonan aburridas.
Muntaner, por su parte, aportó ideas sobre la visión que en China se tiene de estas adopciones, ya que ella trabaja formando a muchas niñeras para los orfanatos del país asiático.
"Las niñeras chinas están muy interesadas en saber si las chicas reciben educación china cuando van a España", destacó, reconociendo también que los choques culturales se notan desde el primer día en que los progenitores españoles recogen a sus hijos.
Es habitual, por ejemplo, que los adoptantes españoles vistan desde el primer día a sus hijos con ropas frescas, para horror de las cuidadoras de los orfanatos, donde la costumbre es que los bebés estén siempre muy abrigados y con ropas que "frenen" su movilidad.
Llegan los padres a los orfanatos de visita, con los niños vestidos por ellos, y "las niñeras corren a ponerles más ropa, algo que a los padres no les gusta porque les parece que les están diciendo que no van a cuidarlos bien", recuerda.
Liao coincidió con Muntaner en que "la gran preocupación nacional" de los chinos es que los adoptados sepan hablar chino y conozcan su país de origen (algo que no pasa, por ejemplo, en Rusia, otro frecuente origen de adopciones), pero ella misma señaló que "a veces es mejor que (las niñas) no sepan mucho".
"Sin saber cultura china pueden ser muy felices, están muy bien, no es la única cultura", admitió Liao, pese a que ella se dedica precisamente a intentar que los niños conozcan mejor ese país.
No obstante, las dos ponentes destacaron en que sería bueno que esas niñas conozcan la parte positiva de la cultura china, no sólo las noticias negativas del país que suelen predominar en los medios o los tópicos peyorativos que abundan en la sociedad española hacia China.
"Muchas chicas chinas piensan que todas las niñas en China viven muy mal", al explicarles sus padres que fueron abandonadas tal vez por la pobreza de sus padres biológicos. "Es muy peligroso crecer con esa idea", destacó Liao.
"Han de llevar lo bueno de la cultura china con mucho orgullo", señaló al respecto Muntaner, quien añadió que podría ser positivo contar a las chicas adoptadas que sus padres biológicos las llevaron a orfanatos "porque pensaban que allí estarían mejor" no por falta de amor.
Antonio Broto
Fuente: http://www.telecinco.es/informativos/sociedad/noticia/1352368/1352368
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