Sara Barrena (Ruben Plaza)
Donostia. Doctora en Filosofía, la escritora donostiarra reconoce en esta entrevista su tendencia a analizar los pensamientos y los razonamientos que mueven la vida. Quizá por ello, en su ópera prima muestra las contradicciones, los miedos y las emociones de Violeta, que ha hecho del amor "el hilo conductor de su vida".
¿Cómo surgió la idea de crear "Mi vida según Martín"?
Había escrito sobre filosofía y había publicado un libro de relatos. Siempre me había gustado escribir ficción, pero nunca me había animado a hacer algo largo. Pero me vino una historia a la cabeza y me puse con ella. Varias personas también me habían animado a seguir escribiendo, a raíz del libro que publiqué sobre la adopción internacional.
¿Qué quería contar con el relato de la novela?
Al principio se me ocurrió una de las tramas del libro, que narra la relación entre Martín, un hombre que viaja, y con quien la protagonista mantiene correspondencia. En realidad, quería contar esa idea de la correspondencia virtual, y más tarde salió el resto. Deseaba indagar en esas relaciones que ahora son posibles gracias a Internet, sin conocerse ni haberse visto nunca. Me interesaba cómo surge una amistad y cómo alguien es capaz de abrirse a una persona que no ha visto nunca y que vive en otra punta. En cambio, quizá la gente que tiene al lado no la conoce.
Se trata de una novela donde los sentimientos tienen gran presencia. ¿Busca conmover a los lectores?
No es algo que busque directamente, sino que trato de transmitir lo que siento. Habrá gente que se sienta perturbada, afectada. Pero yo quiero sacar lo que llevo dentro y, en este caso, puede considerarse que el libro es un tratado sobre el amor, un tratado sentimental. Aparecen descritos distintos tipos de amor, de enamoramiento, además de otra serie de sentimientos de la protagonista: miedos, alegrías, nostalgias... Son cosas que todos en algún momento hemos vivido y que son universales. Quería explorar distintos tipos de relaciones que pueden surgir y los sentimientos que eso provoca. Desde una relación por Internet, a la relación con su marido o con otro chico del que se enamora la protagonista.
El personaje principal (Violeta), precisamente, es dubitativa y se siente incapaz de cambiar su destino. ¿Son rasgos generales en la sociedad?
La protagonista tiene rasgos de mucha gente, entre ellos características mías. Muchas veces nos comportamos así: los miedos y la indecisión nos pueden. Ante las circunstancias que nos plantea la vida, nos cuesta cambiar. Sin embargo, el mérito de Violeta es que, a pesar del miedo, consigue hacer cosas.
También analiza mucho sus decisiones, su pasado... ¿La formación filosófica de la escritora la empuja a ello?
La chica es muy reflexiva, porque analiza las cosas que le pasan, aunque por otra parte también es impulsiva y espontánea en algunas cosas. Supongo que se nota mi formación filosófica. No es algo que he buscado, sino que, después de tantos años dedicada a la filosofía, una es así y se acostumbra a preguntarse los porqués, a analizar las cosas.
Ha escrito varios libros sobre filosofía y su última publicación versa sobre el proceso de adopción internacional que afrontó usted misma. ¿Es muy difícil pasar de estas disciplinas a la ficción?
Cuesta mucho, porque son registros totalmente distintos. Pero, por otra parte, mi especialidad en filosofía es la creatividad, tema que abordé en la tesis. Es lo que yo he estudiado, pero llevado a la práctica; un experimento sobre la creatividad.
Los límites entre literatura y filosofía son difusos.
Sí, no está tan claro. Al fin y al cabo, es una misma la que escribe y se nota en el estilo, aunque se encuentre en ámbitos diferentes. ¡La escritora y yo somos la misma persona!
¿El éxito de su anterior libro, "Historia de una adopción internacional" (Granica, 2005) le ha animado a seguir escribiendo?
Estoy muy contenta con ese libro, sobre todo porque ayudó a la gente. Mucha gente que quería adoptar o que está en proceso de adopción se puso en contacto conmigo y me dijeron que les había ayudado. De lo que he escrito, es lo que más me ha gustado hacer. La respuesta más bonita que he tenido es ésa. A raíz de ese libro, como decía, mucha gente me animó a seguir escribiendo.
La maternidad también está presente en la novela. ¿Es un tema que le interesa especialmente?
Acabo de ser madre de forma biológica, por lo que ya conozco las dos formas. He pensado mucho en ello y ambos hijos han sido muy buscados. Con la experiencia puedo decir que se les quiere igual. Cada historia tiene lo suyo y las dos han sido muy bonitas. He pasado muchos años con este tema en la cabeza y creo que, de alguna manera, valoras más este hecho que quizá alguna persona que no ha tenido que luchar tanto para ser madre.
¿La maternidad influye en la escritura?
Ser madre genera una serie de sentimientos que se reflejan en lo que escribes. Porque te hace pensar y te desarrolla sentimientos como la ternura. Ser madre, al final, te cambia la vida e influye en tus trabajos.
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