El objetivo de este año ha sido impulsar la representación de la mujer en las empresas
XX Cumbre Mundial de las Mujeres
La XX edición de la Cumbre Global de la Mujer, celebrada por primera vez en China, tuvo por objetivo alentar a todas las mujeres a “luchar para volverse más fuertes y apoyarse a ellas mismas” y hacer grandes contribuciones al desarrollo de las mujeres en el mundo.
La cita contó con la presencia de mas de 1.037 representantes de 80 países, la mayor reunión en los 20 años que se llevan haciendo estos encuentros, y llevó por lema “La mujer en la vanguardia del cambio”.
La presidenta de la Cumbre Global de la Mujer, Irene Natividad, en el discurso de inauguración, destacó que la reunión tenía lugar en Pekín, en una época en la que comunidad global “poco a poco va tratando de salir de una profunda recesión económica”.
“Asia ha logrado recuperarse más rápido que las economías desarrolladas de Estados Unidos y Europa. Mientras China mira más al crecimiento en el futuro, Occidente vive un período de recuperación más largo. La Cumbre está aquí para introducir nuestras delegadas al mercado chino y para escuchar a las mujeres líderes en el Gobierno y en los negocios en este país”, dijo Natividad.
Además, aprovechó para recordar que el carácter chino para la palabra crisis también significa oportunidad, por lo que este momento ofrece a las mujeres “la oportunidad de ser líderes mientras el mundo reestructura los negocios y busca un nuevo liderazgo con nuevas ideas”.
Para esta estadounidense de origen filipino, las mujeres están en condiciones de llevar sus ideas, su talento y sus habilidades para desarrollar el nuevo mundo de los negocios y configurar la economía de sus países.
“Ya han empezado a hacerlo, ya que como trabajadoras representan el 40 por ciento de la fuerza formal e informal, como consumidoras sus hábitos de compra determinan el futuro de las empresas, y ahora también como empresarias, donde ya representan un tercio de las pequeñas empresas en las economías desarrolladas”, puntualizó Natividad.
El grupo de féminas más representativo fue el del país organizador con 300 representantes, seguido de Mongolia con 100, Estados Unidos con 82 y Vietnam con 57, encabezado con su vicepresidenta, Nguyen Thi Doan, junto a la ministra chilena del Servicio Nacional de la Mujer, Carolina Schmidt, y la ministra de la Mujer y del Desarrollo de la Infancia de la India, Krishna Tirath, entre otras.
En los tres días de Cumbre, se agració con el Premio Mundial al Liderazgo de la Mujer 2010, a la presidenta de la Agencia de Cooperación Internacional Japonesa, Sadako Ogata, quien ha dedicado su vida a mejorar la vida de las víctimas de los conflictos, de los desastres naturales y de la pobreza en su conjunto.
Ogata fue durante diez años Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Refugiados entre 1991 y 2001, y en 1995 se convirtió en la primera mujer en conseguir la Medalla de la Libertad que otorga el Centro Nacional de la Constitución de EEUU para reconocer la dirección en la búsqueda de la libertad.
“Los problemas de los refugiados son unos síntomas políticos, unos males económicos y sociales más profundos que aquejan al mundo. La comunidad internacional debe abandonar ¨las tiritas¨ y atacar enérgicamente las causas subyacentes”, pidió Ogata cuando recibió la citada Medalla.
En la Cumbre Global de la Mujer, también se entregó el Premio Especial al Logro de la Mujer 2010 a la presidenta de la Federación de Mujeres de China, Chen Zhili, quien trabaja en el apoyo para que las mujeres comiencen con sus propias empresas, además de liderar la lucha contra el cáncer cervical en el país asiático.
Un estudio presentado durante la celebración de la Cumbre, muestra que los puestos en las salas de juntas siguen estando ocupados por pocas mujeres, a excepción de los países nórdicos.
El estudio realizado por la asociación Directoras de Las Empresas Internacionales (CWDI por sus siglas en inglés) y la Corporación Financiera Internacional del Banco Mundial, también apunta que el progreso es extremadamente lento y lo más alarmante, que se está haciendo incluso más lento.
Por áreas, en la mayoría de los países y regiones de de Asia-Pacífico las mujeres no son directoras, siendo Hong Kong la única excepción, con un 67 por ciento de mujeres en las salas de juntas. Y cita los casos sorprendentes de Japón y Corea del Sur, donde la mayoría de los cargos están representados por hombres.
En América del Norte, el 87 por ciento de las 500 principales empresas estadounidenses y el 60 por ciento de las canadienses tienen al menos una mujer como directora. Sin embargo, las mejoras anuales de los datos son bajos y sólo han aumentado un 1 por ciento respecto al año anterior.
En Europa, hay dos zonas claramente diferenciadas. Desde las estadísticas de Noruega (con un 44 por ciento de mujeres) y otros países nórdicos a las de Portugal, Italia y Chipre, que tienen menos de un 3 por ciento.
El informe expone que las estrategias que mejor funcionan son implementar un porcentaje determinado de cargos para mujeres en las juntas directivas, como ocurre en Noruega y España, donde se requiere que entre un 30 y un 40 por ciento de los puestos en las empresas estatales o que coticen en Bolsa sean ocupados por mujeres.
Además, las bolsas de valores y los Códigos de Buen Gobierno han sido activos en el esfuerzo para conseguir que las mujeres accedan a los Consejos de Administración de las empresas. Australia, Finlandia y Bélgica son tres de los países que ponen en práctica esta iniciativa.
“Aunque haya habido algunos progresos en el acceso de la mujer a los nombramientos en las juntas corporativas, éste ha sido glacial y es probable que lo continúe siendo a menos que se lleven a cabo estrategias agresivas”, puntualizó Irene Natividad, quien recordó que este informe tiene por objetivo no sólo recordar la situación actual, sino también “mostrar lo que es posible y necesario”.
Fuente: http://periodismohumano.com/mujer/cumbre-mundial-de-mujeres-de-empresa.html
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