La autora, también india y adoptada por una familia catalana, vino invitada por la delegación navarra de Fundación Juan Bonal
Pratima, Prithui, Diuya... fueron algunos de los diez niños y niñas de India adoptados por familias navarras que ayer mantuvieron en Javier un encuentro especial con la escritora Asha Miró, de 42 años, también india y adoptada por una familia de Barcelona y autora, entre otros, de "La hija del Ganges", novela en la que narra su experiencia vital y su reencuentro con la India a los 27 años.
La actividad, que incluyó una visita al castillo de Javier, donde nació el patrón de los misioneros y enterrado precisamente en Goa, India, fue organizada por la la Fundación Juan Bonal, ONG de las Hermanas de la Caridad de Santa Ana, que desarrollan muchos proyectos en el país asiático.
En Navarra se estima que hay unas 35-40 familias que han adoptado en India. Una decena acudieron ayer a Javier para charlar con la escritora. Como Vicente Jiménez Sarnago, funcionario de 55 años, y Lourdes Martínez Solana, autónoma de 50, vecinos de Tafalla y padres de una niña, Shantideui, de 8 años, y de un chico, Prithui, de 10. Al chico lo trajeron con seis meses y a la niña con dos años y medio, pero para ello tuvieron que esperar más de tres años con cada uno.
La primera vez les dijeron que "seguramente sería niña y mayor". Para su sorpresa, les asignaron un chico de 6 meses. "Yo pensé: ¿tendrá algún problema?", explica la madre. Por suerte no fue así y con la ventaja de que al ser tan pequeño no tuvo ningún problema de adaptación cuando vino a Navarra tras viajar la pareja a India diez días para recogerlo.
A por la segunda adopción
De hecho, en la primera visita de supervisión en Bienestar Social ya solicitaron la segunda adopción para la India. Tras la larga espera, viajaron los tres a por la niña. "Yo siempre digo", asegura el padre, "que ellos son lo mejor que me ha pasado en la vida".
Eso sí, ambos recuerdan que, por aquella época no eran pocos quienes se les quedaban mirando por la calle. "Veían a los niños de piel oscura y nosotros, blancos, y claro, no les cuadraba", se ríen. Los niños, por su parte, saben perfectamente de dónde vienen. "De Calcuta", dicen.
Manuel Apesteguía Goñi, de 50 años, y Charo Murchante Lacalle, de 49 años, son vecinos de Sada y regentan una panadería. Tienen dos hijos biológicos, hoy de 21 y 17 años, ambos chicos, y la niña Pratima María, de 9 años, también nacida en Calcuta. Ellos tuvieron que esperar nada menos que 5 años por problemas burocráticos: "Fue muy duro".
¿Por qué India? "Yo soñé que era una niña morena y de ojos oscuros", afirma la madre. Manuel Apesteguía añade que él estudió en los Jesuitas y conocía al padre Antonio Falces, que estuvo 33 años de misionero en India, y le hablaba del país y su cultura. Finalmente viajaron a por la niña, que con 7 meses pesaba poco más de 3 kilos y tenía labio leporino y el paladar abierto, aunque se solucionó operando. En cuanto a sus hermanos, desde que la vieron, "la quisieron con locura".
Entre los niños, la más veterana era Diuya, de 16 años, vecina de Estella y que vino con 7. Nació en Panipat, al norte de India. "Al principio me sentía rara, con mi piel oscura y mi familia blanca", admite, "pero luego me adapté". Además, dice, ahora ya no se le hace raro, dado que en el IES Tierra Estella, donde estudia, hay muchos jóvenes de otros países.
Durante el encuentro, Asha Miró relató sus años en el orfanato de Bombay y cómo esperó a que la adoptaran como a otras niñas. Lo logró con 7 años. A los 27 volvió a la India, experiencia que plasmó en su primer libro. Y más tarde encontró a una hermana biológica... Un relato con el que quiso transmitir "complicidad" y "confianza", la de alguien con una historia similar y que, ya adulta, ha logrado amar y ensamblar en su interior ambas culturas.
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