Pekín, 18 may (EFE).- China se ha convertido en la última década en el mayor fabricante de guitarra española, clásica y eléctrica del mundo, y aunque la mayor parte de esta producción se exporta, el número de estudiantes chinos crece de forma lenta pero inexorable.
Chen Zhi, de 73 años y uno de los pioneros de la guitarra clásica en la República Popular, corrige a sus 38 alumnos en una luminosa aula del Conservatorio Central de Música de Pekín: "No os encorvéis, la espalda recta, el toque contundente, a la española", arenga.
Cuatro esforzadas alumnas, rodilla en alto y tacón en el apoyo, interpretan la zarzuela "La boda de Luis Alonso", de Gerónimo Giménez.
Viéndolas cualquiera diría que poco falta para que el conservatorio alumbre en la guitarra a alumnos tan brillantes como Lang Lang en el piano o Liang Wang con el oboe.
Chen explica a Efe su idilio con las seis cuerdas: "Yo no escogí la guitarra, la guitarra me escogió a mí. Entonces era estudiante de Matemáticas y la guitarra se empezaba a difundir en China. Fue en 1958 cuando empecé a enseñar en la Universidad de Tsinghua".
En 1982 fundó la primera escuela de guitarra clásica en su país, desde 1986 es director consejero de la Sociedad de Guitarra de Pekín y un habitual en las lecciones por radio y televisión en un país en el que la cuerda está dominada por instrumentos tradicionales como la "pipa", un laúd de cuatro cuerdas, o el "liuqin", más pequeño.
Calcula Chen que habrá enseñado de forma presencial a unos mil alumnos, y a otros diez mil a través de la radio y la televisión, del total de diez millones que el sector baraja en toda China, frente a los 30 millones, por ejemplo, del piano.
El régimen ha apoyado la difusión de este instrumento y del violín, y ha dejado a su albur a la guitarra, vinculada por los chinos con la libertad, la paz y la revolución, según un informe reciente de la Embajada de España en China.
Los padres de la generación del hijo único ven en el piano y en el violín un pedigrí aristocrático del que carecen la seis cuerdas.
Según el maestro, hay dos tipos de estudiantes de guitarra: unos vienen por influencia de los padres, que no tuvieron oportunidad de aprender a tocarla, y el resto son adolescentes que se inician en los campus de secundaria y de las universidades.
Pero Chen tiene razones de peso para convencer a los padres: la técnica de la guitarra es más difícil, más similar a la "pipa" y al "liuqin", los premios son más cuantiosos y es más apropiada para expresar emociones, o sea, para ligar.
"Es un instrumento romántico, a las chicas les gusta", apuntilla soñador. "La gente siempre dice que el piano también lo es, pero no vas a seducir a tu novia llevándote el piano a la barca en el lago de Beihai (norte de la Ciudad Prohibida). Se hundiría. En cambio, sí te puedes llevar una guitarra", bromea.
Motivos contundentes que el año pasado lograron que, por primera vez, las ventas de guitarras en China superaran a las de pianos y violines, según explica a Efe Feng Yuankai, director de la Asociación de Productores de Instrumentos Musicales de China.
El país produjo en 2009 unos 12 millones de guitarras (casi un 70 por ciento acústicas y el resto eléctricas), de los que un 20 por ciento se destinó a consumo interno, comparado con el 15 por ciento de 2007, y el resto a la exportación.
La crisis no ha afectado a una producción que fue en 2007 de 10,14 millones de unidades, de las que se exportó un 85 por ciento.
Diez empresas concentran el 40 por ciento de un sector formado por más de un centenar, y cuyo principal destino de las exportaciones son Estados Unidos, Alemania, Reino Unido, Brasil y Japón, de un total de 148 países y regiones.
Europa en su conjunto compró 3,74 millones de guitarras chinas en 2009, explica Feng, de las que más de 200.000 fueron a parar a España; y América Latina importó 1,12 millones.
Aunque a los productores tradicionales les asfixia la competencia china, lo cierto es que las principales marcas, como Yamaha e Ibanez (Japón), Gibson y Fender (EEUU), o Cort (Corea del Sur), producen en el gigante asiático mediante el sistema de fabricación con equipo original (OEM, siglas en inglés), esto es, con material importado.
Aunque las guitarras chinas se asocian a lo que en la jerga se conoce como de "tómbola" o "rondalla", que se venden por unos 20 euros la unidad, empresas como la taiwanesa Tenon Industrial se han especializado en la alta calidad, e incluso han visitado España para aprender la fabricación artesanal en su lugar de origen.
"Quizás en tres o cinco años la calidad mejore aquí, pero de momento las guitarras artesanales españolas siguen siendo las número uno", asegura a Efe Jerry Chang, director general de Tenon.
Sus plantas en Cantón y Fujian, destinadas a la exportación a EEUU, Europa y Japón, producen 300.000 unidades al año de gama media y media alta, entre guitarras clásicas (6 por ciento, la mitad artesanales), acústicas y ukeleles. EFE mz/gmp/cat
Fuente: http://www.abc.es/agencias/noticia.asp?noticia=386485
Chen Zhi, de 73 años y uno de los pioneros de la guitarra clásica en la República Popular, corrige a sus 38 alumnos en una luminosa aula del Conservatorio Central de Música de Pekín: "No os encorvéis, la espalda recta, el toque contundente, a la española", arenga.
Cuatro esforzadas alumnas, rodilla en alto y tacón en el apoyo, interpretan la zarzuela "La boda de Luis Alonso", de Gerónimo Giménez.
Viéndolas cualquiera diría que poco falta para que el conservatorio alumbre en la guitarra a alumnos tan brillantes como Lang Lang en el piano o Liang Wang con el oboe.
Chen explica a Efe su idilio con las seis cuerdas: "Yo no escogí la guitarra, la guitarra me escogió a mí. Entonces era estudiante de Matemáticas y la guitarra se empezaba a difundir en China. Fue en 1958 cuando empecé a enseñar en la Universidad de Tsinghua".
En 1982 fundó la primera escuela de guitarra clásica en su país, desde 1986 es director consejero de la Sociedad de Guitarra de Pekín y un habitual en las lecciones por radio y televisión en un país en el que la cuerda está dominada por instrumentos tradicionales como la "pipa", un laúd de cuatro cuerdas, o el "liuqin", más pequeño.
Calcula Chen que habrá enseñado de forma presencial a unos mil alumnos, y a otros diez mil a través de la radio y la televisión, del total de diez millones que el sector baraja en toda China, frente a los 30 millones, por ejemplo, del piano.
El régimen ha apoyado la difusión de este instrumento y del violín, y ha dejado a su albur a la guitarra, vinculada por los chinos con la libertad, la paz y la revolución, según un informe reciente de la Embajada de España en China.
Los padres de la generación del hijo único ven en el piano y en el violín un pedigrí aristocrático del que carecen la seis cuerdas.
Según el maestro, hay dos tipos de estudiantes de guitarra: unos vienen por influencia de los padres, que no tuvieron oportunidad de aprender a tocarla, y el resto son adolescentes que se inician en los campus de secundaria y de las universidades.
Pero Chen tiene razones de peso para convencer a los padres: la técnica de la guitarra es más difícil, más similar a la "pipa" y al "liuqin", los premios son más cuantiosos y es más apropiada para expresar emociones, o sea, para ligar.
"Es un instrumento romántico, a las chicas les gusta", apuntilla soñador. "La gente siempre dice que el piano también lo es, pero no vas a seducir a tu novia llevándote el piano a la barca en el lago de Beihai (norte de la Ciudad Prohibida). Se hundiría. En cambio, sí te puedes llevar una guitarra", bromea.
Motivos contundentes que el año pasado lograron que, por primera vez, las ventas de guitarras en China superaran a las de pianos y violines, según explica a Efe Feng Yuankai, director de la Asociación de Productores de Instrumentos Musicales de China.
El país produjo en 2009 unos 12 millones de guitarras (casi un 70 por ciento acústicas y el resto eléctricas), de los que un 20 por ciento se destinó a consumo interno, comparado con el 15 por ciento de 2007, y el resto a la exportación.
La crisis no ha afectado a una producción que fue en 2007 de 10,14 millones de unidades, de las que se exportó un 85 por ciento.
Diez empresas concentran el 40 por ciento de un sector formado por más de un centenar, y cuyo principal destino de las exportaciones son Estados Unidos, Alemania, Reino Unido, Brasil y Japón, de un total de 148 países y regiones.
Europa en su conjunto compró 3,74 millones de guitarras chinas en 2009, explica Feng, de las que más de 200.000 fueron a parar a España; y América Latina importó 1,12 millones.
Aunque a los productores tradicionales les asfixia la competencia china, lo cierto es que las principales marcas, como Yamaha e Ibanez (Japón), Gibson y Fender (EEUU), o Cort (Corea del Sur), producen en el gigante asiático mediante el sistema de fabricación con equipo original (OEM, siglas en inglés), esto es, con material importado.
Aunque las guitarras chinas se asocian a lo que en la jerga se conoce como de "tómbola" o "rondalla", que se venden por unos 20 euros la unidad, empresas como la taiwanesa Tenon Industrial se han especializado en la alta calidad, e incluso han visitado España para aprender la fabricación artesanal en su lugar de origen.
"Quizás en tres o cinco años la calidad mejore aquí, pero de momento las guitarras artesanales españolas siguen siendo las número uno", asegura a Efe Jerry Chang, director general de Tenon.
Sus plantas en Cantón y Fujian, destinadas a la exportación a EEUU, Europa y Japón, producen 300.000 unidades al año de gama media y media alta, entre guitarras clásicas (6 por ciento, la mitad artesanales), acústicas y ukeleles. EFE mz/gmp/cat
Fuente: http://www.abc.es/agencias/noticia.asp?noticia=386485
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