Ir al contenido principal

Cómo hablar con los niños sobre la muerte

Abrimos una serie de post en los que pretendo aportar mis conocimientos y experiencia en la difícil pero apasionante tarea de hablar con los niños de los más variados temas de la existencia: la muerte, la suerte, los Reyes Magos, la magia, el origen de la vida… Preguntas que comienzan a formular al adulto con avidez y gran interés, demostrando unas arrolladoras ganas de saber, de conocer, de reflexionar… Esto comienza a hacerse notable entre los 5 y los 6 años (aunque hay que tener en cuenta edades madurativas, claro) Yo mismo he podido asistir a una avalancha de preguntas por parte de mi ahijada Janire. Su padre me anima a que escriba sobre el particular, pues cree, y con razón, que es un tema que va a gustar y ayudar a muchos padres. Así que, aquí estoy con ello.

Bueno, lo primero yo no tengo “las soluciones” Estas no existen. Tenemos los conocimientos de la psicología y la pedagogía, que son de una inestimable ayuda. Éstos pretendo engranarlos junto con mis experiencias profesionales y personales con los niños. Finalmente, os ofreceré materiales que he visto navegando por Internet y que son de calidad en relación con el tema que nos ocupa.

Hoy empiezo con el tema de la muerte. Es muy difícil este tema con los niños, pero si me apuráis diré que nosotros, los adultos, lo hacemos más difícil. Hoy en día se observa en consulta, cada vez en mayor número, personas que presentan lo que se conoce como Trastorno de Evitación Experiencial. Esto quiere decir que son personas emocionalmente alteradas porque han organizado su vida evitando experiencias de la vida que, aunque dolorosas, necesarias para crecer y desarrollarse como personas. La muerte de seres queridos, un amor no correspondido, que no te acepten para un puesto de trabajo, que unos amigos no te dejen jugar con ellos cuando eres niño, que tengas que repetir una tarea, que fracases en la ejecución de un proyecto… y otras muchas experiencias de la vida suscitan emociones y lo normal es padecerlas de un modo transitorio, enfrentarlas y salir fortalecido. Si no se viven desde pequeño, estamos sembrando un posible Trastorno de Evitación Experiencial: gente que no está enferma sino que no tiene umbral de tolerancia emocional porque toda su vida ha estado llena de sucesos positivos y bonitos.

Esto guarda relación con el tema de los niños y la vivencia de la muerte: el primer error (que puede ir gestando un futuro problema de evitación experiencial) es apartarle de toda vivencia de la muerte, esto es, no tocar el tema. Los niños toman conciencia de ésta mucho antes de lo que nos pensamos, pues en los dibujos o cuentos que leen está presente. Por lo tanto, hay que acercarle a este tema desde que empiece a interesarse, no hace falta esperar a la triste noticia de que haya muerto un ser querido.

El segundo aspecto importante es crear el clima: hay que estar tranquilos con los niños, sin prisa, centrados en lo que nos pregunten y digan, considerándolo un asunto importante y no “cosas de críos” Para los niños, todo lo que preguntan o juegan es serio.

El tercer aspecto que considero igualmente importante es la honestidad del adulto: esto es, decirles la verdad, explicarles las cosas como son, con cariño y sensibilidad, pero no engañándoles. La sinceridad es lo que más aprecian los niños. No pasa nada si no podemos o sabemos responder a todas sus preguntas, se les dice que no lo sabemos o no se sabe.

A continuación, vienen las respuestas a sus preguntas, las explicaciones. Insistimos, hay que decirles la verdad: cuando una persona muere, se acaba la vida. El cuerpo deja de funcionar (no hay que poner el ejemplo de que es como dormirse, pues el niño puede pensar que, cuando se duerma, se puede morir) Se les pueden comentar cosas concretas que hayan podido o que puedan ver: un pajarillo que se encuentre muerto o un insecto: no se mueve, no respira, cierra los ojos, ya no siente nada… Es bueno compartir los sentimientos que se susciten.

Si preguntan por detalles, hay que responderles: el cuerpo se entierra porque se pudre (se puede poner el ejemplo de un filete que se nos ha olvidado en el frigorífico) y huele. Cuando ya se pudre, se hace como polvo.

Hay que evitar expresiones, en el caso de familias creyentes, tipo “Dios se lo ha llevado” ya que los niños pueden representarse la imagen de Dios como un ser que vendrá a por ellos y llevárselos. Si se tienen creencias religiosas, es difícil para los niños pequeños entender estos conceptos trascendentes y abstractos. Hay que echarle imaginación, pero el niño debe de conectar con que el cuerpo muere y la persona ya no volverá porque de lo contrario no puede hacer el duelo. Puede decírsele que el cuerpo muere aquí, desaparece, pero todo lo que has deseado, querido y sentido viaja a otro lugar que se llama cielo. Se puede usar una metáfora que favorecerá que los más pequeños entiendan esto mejor.

Los niños menores de 5 años piensan que la muerte no es algo irreversible, creen que se puede morir y volver a la vida. Por ello, es normal que pregunten una y otra vez.

Para todo niño, cuando se enfrenta ya a la muerte de un ser querido, hay que ser especialmente cuidadoso con estas cuestiones que pasarán por su cabeza: ¿Causé yo la muerte? ¿Me pasará a mí? ¿Quién cuidará de mí? (Alain Giacchi) Desculpabilizarles de todo sentimiento o creencia de que ellos provocaron el fallecimiento y hacerles ver que aunque una persona cercana a la familia o ser querido haya muerto, no quiere decir necesariamente que le vaya a pasar a él ni a los demás. Reasegurarles con afecto y cariño en que ellos van a tener quien les cuide. Además, es importante atender a sus manifestaciones de duelo normal y animarles a expresar lo que sienten.

Si el niño quiere ir a los eventos de despedida (funeral, entierro…) se le puede permitir. Si no quieren, no hay que forzarles. Normalmente, los más mayores (10, 11, 12 años) pueden desear ir al entierro (me parece acertado, como pauta general, que los más pequeños no vayan a la inhumación del cadaver o a la incineración) Todos, incluso los pequeños, pueden asistir a la misa u otras ceremonias que se hagan para despedirse del finado. Es necesario que el niño haga con el adulto algún tipo de rito de despedida de la persona fallecida. De todos modos, estas decisiones y qué hacer y no hacer, hay que valorarlas en función del niño, su historia de vida, edad (madurativa) sus características, patologías previas existentes y su contexto sociofamiliar.

La comunicación de una pérdida a un niño hay que hacerla con cuidado. Transcribo unos consejos sobre cómo hacerlo, son del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid:

https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiVtfhDYFEQJBtRvsFpTvAEL0iJwwTimj_ECAUUpTWMZWWAsKkihOIJEyB88LTifGS6HaKTSCrcWGiT0TQkzxBWEHkxAQNRWhg4KfXO8h90gyr2U78TLZUTz3x5SEp7dran99JWXN0cFqw/s400/sad-child.jpg


COMUNICACIÓN DE UNA PÉRDIDA A NIÑOS

- Valorar la importancia de la edad
- No ocultar la noticia, decir la verdad (responder a sus preguntas/dudas)
- Lenguaje sencillo.
- Mensajes YO
- Permitir la expresión de emociones según su forma de ser.
- Buscar apoyo familiar y participación en la pena familiar.
- Corregir sentimientos de culpa, miedos…
- Permitir que la vida siga su curso normal.
- Evitar la separación de los padres o cuidadores.
- Recomendar que se pase más tiempo con ellos, contacto físico, abrazos.
- Hablar con ellos de la pérdida. No minimizar ni magnificar.
- Decirle a los niños como se siente el adulto.
- Mostrar seguridad y esperanza de futuro.
- Aceptar los sentimientos del pequeño. Permitirle expresar sus emociones.
- Animarles a que dibujen, coloreen o escriban o jueguen acerca de lo ocurrido. Animarles a poner un final feliz al juego.
- Ser pacientes con las regresiones (pueden volverse temporalmente como bebés)
- Ayudarles a que cuenten los sueños. Explicarles que es normal que tengan pesadillas durante un tiempo.

ESTAR ATENTOS A…

- Algunos niños exteriorizan menos la tristeza o culpa (introversión), o lo pasan al movimiento (conducta)
- Más quejas físicas.
- Idealización de la pérdida (familiar)
- Mayor irritabilidad.
- Mayor aislamiento.
- Mayor tiempo en la elaboración del duelo.
- Se debe buscar apoyo familiar y normalizar lo más posible la vida.
- Acudir al médico para prevenir enfermedades o agravamientos de ellas.
- Si los síntomas se complican, persisten o nos vemos desbordados: acudir a ayuda profesional.

También podéis leer este documento de la Página de acceso computerizado a la salud de Nueva York, muy extenso, con explicaciones y pautas sobre cómo abordar el tema de la muerte con los niños. Os lo recomiendo. En este otro enlace, encontraréis más documentos sobre este tema. Finalmente, en esta página (Vivir la pérdida) abordan esta vivencia con niños y adultos, y proporcionan ayuda, de una manera muy adecuada.

Fuente : http://joseluisgonzalo.blogspot.com/2009/09/abrimos-una-serie-de-post-en-los-que.html

Comentarios

Unknown ha dicho que…
Muy interesante tu entrada y bastante educativa y de gran ayuda, decirte que mi hija ya me hace preguntas de este tipo, y la verdad que mas o menos mis respuestas se asemejan mucho a lo que en este post explicas.
De todas formas creo que esto que vas hacer, nos servira a todos de mucha ayuda, creo que me pasare mas de una vez por aqui, porque tus post creo que seran muy educativos y ayudaras a muchos papas y mamas. un saludo y gracias
LUISA ha dicho que…
Hola Manuel,
Muchas gracias por tu comentario. Es verdad que con este blog lo que intento es ayudar a los demás padres con toda la información de la que puedo disponer además de ayudarme a mi misma, siempre se aprende algo nuevo.
El post no es mío, lo he encontrado en una página muy interesante creada por un psicólogo clínico y siempre es muy interesante leerlo : http://joseluisgonzalo.blogspot.com/.
Iré poniendo algunos de sus reportajes, que como dices, son muy educativos para nuestros niños y para nosotros los padres.
Un abrazo y gracias por estar ahí.

Entradas populares de este blog

EL CASO DE ADOPCION DE SUSANA ZABALETA, CANTANTE Y ACTRIZ MEXICANA

Aquí el caso Susana Zabaleta, la cantante y actriz de "Fuego en la Sangre", el chantaje y problemas que pasó con su hijo adoptivo. La actriz lleva 16 años con su esposo y tiene dos hijos. Elizabeta de 9 años de edad y Matías, de tres años de edad, quien es un niño adoptado con el que Susana tuvo muchos problemas legales. La actriz explicó que decidió adoptar porque después de varios intentos para tener un segundo hijo, sin éxito alguno, pensó en la cantidad de niños que hay solos en el mundo. “La vida nos llevó a la adopción”, dijo la actriz. El niño tenía un año de edad cuando llegó a su nuevo hogar y desde el primer momento en el que lo vio, Susana sintió que ese era su hijo. “La gente no puede entender lo que puedes llegar a sentir por alguien que no es de tu sangre. Cuando lo vi le estiré los brazos, él me los estiró a mí y desde ese momento no nos separamos. Cuando lo abracé sentí que Dios sí existe”, afirmó. La actriz y cantante mexicana es enfática al decir que no exis

La sentencia [Cuento. Texto completo] Wu Ch'eng-en

Aquella noche, en la hora de la rata, el emperador soñó que había salido de su palacio y que en la oscuridad caminaba por el jardín, bajo los árboles en flor. Algo se arrodilló a sus pies y le pidió amparo. El emperador accedió; el suplicante dijo que era un dragón y que los astros le habían revelado que al día siguiente, antes de la caída de la noche, Wei Cheng, ministro del emperador, le cortaría la cabeza. En el sueño, el emperador juró protegerlo. Al despertarse, el emperador preguntó por Wei Cheng. Le dijeron que no estaba en el palacio; el emperador lo mandó buscar y lo tuvo atareado el día entero, para que no matara al dragón, y hacia el atardecer le propuso que jugaran al ajedrez. La partida era larga, el ministro estaba cansado y se quedó dormido. Un estruendo conmovió la tierra. Poco después irrumpieron dos capitanes, que traían una inmensa cabeza de dragón empapada en sangre. La arrojaron a los pies del emperador y gritaron: -¡Cayó del cielo! Wei Cheng, que ha

Familia y Vida de Pamplona ofrece acoger a niños que vayan a ser abandonados

Pamplona, 25 nov (EFE).- La Delegación de Familia y Vida de la Diócesis de Pamplona se ha ofrecido hoy a acoger, cuidar y contribuir a tramitar el acogimiento y la adopción por los cauces legales para los niños que vayan a ser abandonados, garantizando la confidencialidad absoluta de las madres. Familia y Vida ha dado a conocer sus intenciones a raíz del suceso ocurrido el pasado sábado en Tudela, cuando una mujer de 31 años que dio sola a luz en un bar de la localidad arrojó en un pinar a su recién nacido, que fue después localizado muerto por la Policía Foral, un hecho que le ha costado a la mujer su detención hoy. Según ha comentado la delegación pamplonesa, ante el creciente aumento de abandonos de bebés recién nacidos en contenedores, niños que son abandonados en cualquier parte y que mueren por la mala atención del primer momento, este grupo "se compromete a ofrecer un servicio de recogida a esos niños comprometiéndose a guardar la confidencialidad de las madres qu