Por Mariana Iglesias
María Esther es una leona. Transmite una fuerza y una determinación arrolladoras, sobre todo cuando habla de sus hijos, a los que parió "por el corazón", y dice que su familia es como cualquier otra, llena de amor y locura. Ana María es pura emoción, dueña de unos ojos claritos que se le humedecen fácil: "Quisiera contagiar el no tener miedo a armar una familia", dice con su voz suave y tranquilizadora. Las dos pasaron por la frustración de buscar hijos naturales y no poder. Y tuvieron la paciencia necesaria que requiere adoptar un hijo. No una vez sino muchas. María Esther adoptó a cuatro hermanos. Ana María, a seis chicos.
No es nada fácil adoptar en Argentina. No se sabe con certeza cuántos son los chicos "adoptables". Tampoco cuántas personas quieren adoptar. Y mucho menos cuántas adopciones se concretan por año en el país. Hace más de cuatro años se creó el Registro Unico de Aspirantes a Guarda con Fines Adoptivos (Ruaga, que depende del Ministerio de Justicia), con el objetivo de "dar transparencia y celeridad a los trámites de guarda y adopción de menores". Pero el objetivo no se cumplió en absoluto. Hay casi 2.000 interesados, pero como no todas las provincias adhirieron al Ruaga, la gente sigue viajando provincia por provincia para anotarse en todos los registros que puede, con el desgaste físico, económico y emocional que eso implica.
En las organizaciones que se dedican al tema de la adopción dicen que el 98% de la gente que está anotada en los registros busca y acepta sólo nenes sanos, menores de un año (¿cómo juzgarlos?), pero tal vez por eso las mujeres de estas historias no tuvieron que esperar tanto, porque se animaron a adoptar varios chicos juntos, más grandes, incluso enfermos.
No es nada fácil adoptar en Argentina. No se sabe con certeza cuántos son los chicos "adoptables". Tampoco cuántas personas quieren adoptar. Y mucho menos cuántas adopciones se concretan por año en el país. Hace más de cuatro años se creó el Registro Unico de Aspirantes a Guarda con Fines Adoptivos (Ruaga, que depende del Ministerio de Justicia), con el objetivo de "dar transparencia y celeridad a los trámites de guarda y adopción de menores". Pero el objetivo no se cumplió en absoluto. Hay casi 2.000 interesados, pero como no todas las provincias adhirieron al Ruaga, la gente sigue viajando provincia por provincia para anotarse en todos los registros que puede, con el desgaste físico, económico y emocional que eso implica.
En las organizaciones que se dedican al tema de la adopción dicen que el 98% de la gente que está anotada en los registros busca y acepta sólo nenes sanos, menores de un año (¿cómo juzgarlos?), pero tal vez por eso las mujeres de estas historias no tuvieron que esperar tanto, porque se animaron a adoptar varios chicos juntos, más grandes, incluso enfermos.
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