No son marinos ni han recorrido la Ruta de la Seda escoltados por las tropas del Gran Kublai Khan, pero comparten con los Polo el alma del escritor que ha conocido Nuevo Mundo y quiere transmitírselo a su pueblo. «Viaje a Xibanya» («Viaje a España») es el periplo vital de cuatro autores chinos que pisan por primera vez tierras ibéricas con una misión: desmontar viejos tópicos arraigados en el imaginario chino sobre el país de los toros, el fútbol y el Quijote.
La Sociedad Estatal para Exposiciones Internacionales (SEEI) les invitó a pasar diez días en nuestro país a cambio de que lleven a China la imagen renovada de la España de hoy en un libro de viajes (género de enorme acogida en el gigante asiático), que será publicado en ambos idiomas con motivo de la Expo de Shanghai 2010.
Arribaron el día 10 a Barcelona —«sin rastro de Vicky o Cristina», se extrañaron—, para luego viajar a Zaragoza en pleno fervor maño del Pilar. Hicieron parada y fonda en Madrid —visitaron el Circo Price, El Escorial, el Reina Sofía y El Prado—, y siguieron rumbo a Toledo y Almagro por la ruta del Quijote. Antes de recaer en un tablaocordobés y descubrir a Picasso en su Museo de Málaga (desde donde parten mañana de regreso a Oriente) ofrecieron en la capital sus primeras impresiones de un país que creían «algo más exótico».
La joven Zhang Yueran creció con el dibujo de la España cañí de Almodóvar, pero su sorpresa fue mayúscula al entrar en contacto con la España actual. «¿Pero dónde está la gente de las películas?», bromeó. «Esto es muy emocionante. En China hemos sustituido muchas instituciones culturales por bancos; ¡y aquí ha ocurrido lo contrario!», clamó sorprendido Yan Lianke, uno de los autores contemporáneos más leídos en China, perplejo tras visitar la Caja de las Letras. Hasta el tercer toroSu primera experiencia taurina les desconcertó. «A la mayoría les atrae, pero no saben cómo posicionarse», señaló Taciana Fisac, coordinadora del proyecto. Ellas (Zhou Jianing y Zhang Yueran), representantes de la nueva generación de escritores, disfrutaron algo; ellos (Yan Lianke y Lao Ma) se retiraron al tercer toro. Yan fue claro al respecto: «Surge la pregunta de si la vida es más importante que la felicidad... Si yo fuera elegido presidente del Gobierno español prohibiría el toro».
¿Y si lo fuera de su país? «Dejaría a los escritores toda la libertad para escribir», concede el autor de «Servir al pueblo» (editada en español por Maeva). Una novela vetada en China. Al tocar el asunto de la censura, sus gestos se endurecen. «No hay problema, siempre y cuando no adoptes una posición separatista, como la del Tíbet...», explican. Lao Ma, catedrático de la Universidad del Pueblo de China, en la que compatibiliza responsabilidades del Partido, cambió de tercio. «Facilitaría la libertad de movimiento hacia el extranjero», zanjó.
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