Una huelga en Honda y la ola de suicidios en Foxxcon obligan a subir los sueldos de sus empleados hasta el 33%. Una 'revuelta' que comienza a extenderse por las instituciones
En llamas. Iphones de cartón quemados por los empleados de Foxxcon. :: MIKE CLARKE/AFP
En llamas. Iphones de cartón quemados por los empleados de Foxxcon. :: MIKE CLARKE/AFP
Hasta la paciencia de los sufridos trabajadores chinos tiene límite. Hartos de sus penosas condiciones laborables, los empleados de Honda en el gigante asiático lanzaron un órdago a la multinacional de automoción. Y también a su Gobierno, ya que no es habitual que se permita la huelga en un país en el que los sindicatos son un órgano más del poder político.
Casi dos mil trabajadores del sur de China se plantaron el 17 de mayo y consiguieron detener la producción en las fábricas del gigante nipón. Pararon cuatro factorías de la marca que tienen una capacidad productiva de 650.000 unidades al año.
Con este puñetazo en la mesa, la mano de obra barata que ha caracterizado al Gran Dragón desde que comenzó sus reformas económicas había obtenido su primera gran victoria frente a sus explotadores: Honda aceptó conceder de forma inmediata un aumento de sueldo del 24%.
Un porcentaje elevado, pero que no es gran cosa si se tiene en cuenta que la mayoría de sus empleados apenas se lleva al bolsillo 150 euros al mes por trabajar 70 horas semanales, incluidas las extraordinarias. Pero es un importante toque de atención para las empresas que se instalan en China con la intención de exprimir sin piedad a sus trabajadores, en su mayoría emigrantes rurales que buscan darle un bocado al jugoso pastel económico del país que más crece en el planeta.
Jornadas de 16 horas
El caso de Honda no es único. De hecho, también en el delta del Río Perla, al sureste de China, los trabajadores de otra multinacional han saltado a las portadas de los medios locales e internacionales. En esta ocasión, la sangre ha salpicado, literalmente, a Foxxcon, una gigantesca empresa taiwanesa que produce bajo subcontrata los flamantes Ipad y Iphone de Apple, y también productos electrónicos de marcas como Dell y Nokia. En lo que va de año, una docena de trabajadores ha decidido suicidarse tirándose desde lo alto de los edificios que componen el espectacular complejo industrial en el que viven y trabajan 430.000 personas.
La razón que dan sus compañeros es sencilla: no pudieron aguantar más las draconianas condiciones en las que vivían. Sin embargo, tanto el gobierno regional como el propio Steve Jobs, presidente de Apple, han defendido la gestión y las instalaciones de Foxxcon. «¡Por favor! Tienen restaurantes, cines, hospitales y hasta piscinas. Para una fábrica está muy bien», aseguró Jobs en una rueda de prensa celebrada en California.
Pero reporteros chinos infiltrados en la fábrica han hecho llegar informaciones sobre jornadas de 16 horas, seis días a la semana, por una paga que acaricia los cien euros. Sin duda, una imagen muy diferente de la que se 'coló' hace un año y medio cuando, al parecer por un error, los Iphone que salían de la Foxxcon llevaban por defecto la imagen de una de sus empleadas, cuya afable sonrisa dio la vuelta al mundo y la hizo famosa. Los suicidas, sin embargo, han tenido que amontonarse para llamar la atención.
Aumento del salario mínimo
Al parecer, la falta de mano de obra en el sur de China, afectada por el plan de estímulo económico que ha creado puestos de trabajo en los lugares de origen de los emigrantes rurales del centro y el oeste del país, está dificultando el reclutamiento de nuevas manos en Foxxcon, razón por la que sus empleados se ven obligados a rendir más. En un intento desesperado por zanjar el asunto y desviar la atención, la compañía ha decidido seguir los pasos de Honda y ha anunciado un incremento del salario del 33%.
Y el Gobierno sigue sus pasos. El Ayuntamiento de Pekín anunció ayer que aumentará en un 20% el salario mínimo (actualmente en 800 yuanes, o 90 euros). Otras provincias ya han tomado medidas similares, y muchas más seguirán cayendo como fichas de dominó. Porque, al fin y al cabo, los propios trabajadores de Honda y de Foxxcon reconocen ser privilegiados: peor están los que trabajan en empresas chinas y cobran ese mínimo. Esos sí que tienen cercenado por completo su derecho a la huelga.
Habrá que ver si ahora si el nuevo objetivo de los trabajadores se dirige a conseguir que aumenten los once días de vacaciones pagadas. Comienza la verdadera revolución del proletariado chino.
Fuente: http://www.eldiariomontanes.es/v/20100604/sociedad/destacados/revolucion-china-20100604.html
Trabajadores de Honda en China (d.) se enfrentan a sus supuestos 'representantes', que ellos desconocen. | Reuters
Fuente: http://www.eldiariomontanes.es/v/20100604/sociedad/destacados/revolucion-china-20100604.html
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